Capítulo cinco: Alas de Ángel

251 107 92
                                    

Al día siguiente. 

Melissa abre lentamente los ojos, de pronto un delicioso aroma llega a su habitación. La luz del sol nubla su vista. Se sienta en la cama buscando por toda la habitación alguna señal de Asher. 

En seguida él entra a la habitación sosteniendo una mesa para desayuno de madera. 

—¡Buenos días señorita Melissa! —Exclama Asher, le regala una dulce sonrisa y acomoda la mesa en su regazo. 

—Gracias... No esperaba esto... —Dice Melissa, en breve contempla la mesa que contiene: hotcakes con mermelada, fruta picada, un capuchino y huevos revueltos, además de unas bonitas flores. 

—Un placer.

Melissa le da un mordisco a sus hotcakes —¡Esto está muy delicioso! ¿Lo preparaste tú?

—Algunas cosas las compre y otras las prepare yo.

— ¿Ah si?  ¿Cuáles preparaste tú? 

—Eso es un secreto señorita Melissa. 

Melissa frunce el seño y lo mira con inconformidad, pero aún así continúa con su desayuno. Usa el cuchillo y el tenedor para cortar sus hotcakes, de pronto nota que el cuchillo rosa su muñeca vendada pero no siente dolor. Deja caer los cubiertos para tocar ambas muñecas, presiona con fuerza pero sigue sin sentir dolor. Hace aún lado la mesa de madera y procede  a quitarse las vendas. 

Cuando ambas manos están totalmente descubiertas, Melissa abre completamente los ojos al notar que sus heridas están curadas —¡Qué mierda! ¡No puede ser! 

Asher se acerca a Melissa 

—¿Qué sucede? 

—¿No lo ves? ¡Mis muñecas! ¡No hay cicatrices, no hay nada! —Dice Melissa alterada y al mismo tiempo sorprendida. 

—¿Qué? ¿Pero cómo? —Pregunta Asher, finge lo mejor que puede. 

—¡No lo sé! ¡Tú me viste cierto! ¡Tú estuviste conmigo, eres testigo de todo! —Se detiene a pensar por unos segundos—. ¡No estoy loca! ¿cierto?

 Sus manos se aferran a la playera de Asher mientras lo mira fijamente a los ojos. 

—¡Es cierto Melissa! ¡Yo te llevé al hospital, no sé cómo pasó esto! —Exclama Asher, traga saliva.

—¡Ha sido él! ¡Pero nadie va a creerme! Lo mejor es no decir nada al respecto —Dice Melissa afligida, suelta la playera de Asher.

—Ahora ya no tendrás que preocuparte por tu recuperación, si lo ves de una manera optimista. 

—Cierto... No sé cómo pasó esto pero al menos me curé. Se que nadie va a creerme, así que mantengamos toda esta situación en secreto —Dice Melissa, acomoda de nuevo la mesa de madera en su regazo.

—Esta bien señorita Melissa, no mencionaré nada.

—¡Gracias! —Exclama Melissa, luego  suspira de alivio. 

...🌹...

Más tarde ambos se alistan para salir del departamento. De pronto su celular suena y en seguida ella lo toma de la cajonera. 

—¿Diga?

—¿Dónde estás? —Cuestiona su madre molesta. 

—Lo que pasa es que ayer... —Lucía la interrumpe de manera abrupta—. ¡No me importa lo que sucedió ayer! ¡Te quiero aquí ya! ¡Necesito que firmes unos papeles!

—¡Okay voy para allá! —Exclama Melissa resignada. Lucía cuelga sin decir más. 

—Tenemos que irnos a la mansión, mi madre necesita que firme algunas cosas.

Mi Dulce Ángel Guardián Donde viven las historias. Descúbrelo ahora