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Aunque no lo pareciera, Matías es alguien muy observador, a pesar de estar siempre en la suya, es alguien que presta atención en todo, ve hasta los detalles más mínimos, como ahora.

Que no tardó nada en darse cuenta como desde que Lía llegó al bar, había un comportamiento inusual en ella, la chica estaba más callada de lo normal, y parecía pensar en algo muy detenidamente. Él no la conocía lo suficiente como para saber si algo malo pasaba, no podía descifrar lo que pensaba, pero en su semblante se notaba a leguas que su cabeza estaba en otro lado.

Tampoco le llevó mucho tiempo saber que era ella quien radiaba ese fuerte olor a un perfume bastante similar al que Enzo utilizaba. Era curioso, sí. Pero a pesar de también sentir el aromatizante que usaba para su auto, Matías no pensaba mal de los suyos jamás, mucho menos de su amigo...

Así que ni por la cabeza le pasó eso que todos ya sabemos.

—Lía...

La voz suave cerca de su oído hacen a la chica salir de sus pensamientos. Y ahí se da cuenta de que estuvo un largo rato solo viendo con atención gotitas deslizándose por su vaso de cristal.

No sabía con certeza en que pensaba.

Sería muy dramático el decir que se sentía triste por lo que hizo. Pues viéndolo por el lado crudo, y un poco más literal, era una chica soltera, completamente libre de besar a cuantos quisiera.

Pero si se detenía a verlo con más tacto, la perspectiva la hacía sentir inquieta, como si hubiera hecho algo muy malo.

Lía no era ninguna niña, pero en el tema de los chicos era tan inexperta como una. Jamás había salido con nadie antes, nunca había sentido algo más allá que alguna atracción física, y todo lo que estaba viviendo ahora, era completamente nuevo y desconocido.

Como ese cosquilleo en su estómago cada que llevaba la vista a su lado, y veía a Matías charlar en la mesa, soltando chistes acompañados de esa risita linda que tenía. Lía jamás había imaginando que solo el ver a alguien haciendo algo tan simple como eso, lograra hacerla conocer sentimientos tan nuevos como los que Lía estaba empezando a descubrir.

Una sonrisa se pintó en su rostro al pensarlo. 

Y en un suspiro nada pesado, los ojos de Mati chocando con los suyos, la regresan a la realidad.

—... ¿Todo piola?

Lía alza las cejas ante la pregunta, y suelta un sonidito de "¿Mmh?" Para segundos después reaccionar, y responder...

—Sí... Todo... Todo piola Mati.

Las cosas no estaban mal, pero tampoco excelente. Solo era que la mente de Lía decidió divagar y empezar a darle tantas vueltas al asunto, que la marearon un poco.

Tal vez estaba dándole demasiada importancia a algo que no lo merecía, no lo sabía, pero le era imposible no pensar en eso, no pensar en ellos. Pues para su mala suerte no se trataba solo de un chico, ahora se trataba de dos.

Matías se dio cuenta en el semblante de Lía, que las cosas no estaban todo "piola", pero aún así le regaló una sonrisita cuando la escuchó usar esa palabra. Le pareció muy tierno. 

Verla regresar la vista a su vaso después de eso, y no decir nada más, lo hacen pensar en distintas situaciones. Quizá Lía estaba aburrida, o no se sentía muy cómoda en ese lugar.

Así que buscando soluciones para hacerla sentir más en confianza, optó por la primera que le vino a la cabeza. Y alzándose de su asiento, toma su billetera poniendo sobre la mesa efectivo, y se inclina al oído de Fran para avisarle que se van. Él asiente sin hacer muchas preguntas, y Lía algo confundida, sigue a Matías cuando le hace un gesto con la cabeza para que lo acompañara.

Ella lo hizo, claro que iba a seguirlo, aunque no tuviera idea de a dónde se dirigían, antes de irse se despide lo más rápido que puede, y todos sacuden sus manos amablemente.

—Te apuesto cuatro billetes... A que garchan.—Juan no acertó muy bien en la distancia, y Lía alcanzó a oír lo que apostaron. 

La buena noticia era que ella ni siquiera relacionaba que podría significarse esa expresión, pero si se trataba de algo bueno, estaría dispuesta a 'garchar' con Matías, definitivamente.

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JOB | Enzo Vogrincic, Matías RecaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora