Mis ojos ardían de tanto llorar, el embarazo comenzaba a ser notorio, cosa que me asustaba ya que todavía no tuve el valor de poder decirle a Enzo. Y me rompe un poco el corazón, saber que el esta tan feliz y que venga yo a darle una noticia cómo está le va a quitar gran parte de su felicidad.
Tengo un nudo en la garganta, muy grande porque además de todo esto, también me rompe el corazón todo lo que dicen los periodistas, que Enzo esta con una cantante, que Enzo tiene que volver con su ex, y mil cosas más.
Mañana viajaba a ver a Enzo, estoy nerviosa y ni siquiera se si todavía le voy a decir, le tengo que decir, pero son mil cosas juntas y me hace sentir mal.
De mi familia solo sabe mi hermano, el resto todavía no se ha dado cuenta por la forma en la que lo escondo. Actualmente tenía 3 meses, mi panza ya se podía notar.
Al llegar al aeropuerto vi el cartel con mi nombre, un chico me fue a recoger al aeropuerto y me llevo a el hotel en donde Enzo se queda, bastante bonito a decir verdad.
Apenas llegue al hotel Enzo me esperaba con los brazos abiertos, me beso de una manera tranquila, me contó lo que hizo estos últimos días.
La tarde llego y fue cuando el me dijo que me tenía una sorpresa.
- Bueno ya sabes, en una hora nos vamos, en el baño deje un vestido hermoso para vos, de tu talla. - Me dice mientras deposita miles de besos en mi cara.
Un vestido de mi talla... Una talla que ya no me entra... Una talla que aunque me entrara se daría cuenta de todo...
Mis ganas de llorar comienzan a aparecer y el parece darse cuenta de este detalle.
- ¿Que pasa? - Pregunta con un tono de preocupación.
Yo no le respondo, solo miro al piso y el levanta mi mentón para que lo mire a los ojos, buscando o esperando una respuesta.
- Engorde, Enzo - Le digo mientras se me quiebra la voz, le tenía que mentir sobre que había engordado porque no me daba para decirle la verdad.
Se queda callado por unos segundos, hasta que vuelve a hablar.
- Mi amor... No me di cuenta de preguntarte antes, siempre te mantuviste en tu estándar y no pensé que ahora era la excepción, perdóname hermosa, igual podes ponerte cualquier cosa, vas a estar hermosa igual seas flaca o gorda, te podes poner una bolsa de basura y vas a ser la más linda de todas ante mis ojos - Dice mientras me agarra ambas manos.
- Enzo, no es eso... - Le digo para luego lanzar un suspiro, estaba pensando en decirle ahora mismo todo.
- No entiendo - Dice con una mirada que transmitía confusión.
- Nada. Aprecio tu detalle en querer hacer algo lindo, pero hoy no me siento bien, quiero ir a dormir - Le digo luego de haberme arrepentido.
- Esta bien. Lo dejamos para otro día - Dice transmitiendo calidez.
Al rato ya estaba completamente dormida, sentía como el también lo estaba, y reposaba su cabeza en mi hombro.
Al día siguiente el me despierta con el desayuno, cosa que me asquea completamente y no puedo evitar las ganas de vomitar, salgo corriendo al baño. A los minutos siento como el entra a el baño, pero no hace nada para ayudarme.
Cuando termino de lavarme un poco la cara, lo veo, el seguía ahí, sin gesto alguno.
- Estas embarazada - Dice como afirmación.
- Eh... Obvio que no Enzo - Le digo tratando de actuar lo mejor posible.
- No me mientas, tampoco soy lo suficientemente estupido como para no empezar a darme cuenta. - Dice de una manera fría y seca.
- Bueno, ya está. Lo sabes. - Digo mientras mi voz se va quebrando poco a poco.
- No entiendo nada, ¿Lo sabías y no fuiste capas de decirme? - Dice bastante enojado.
- ¿Y que querías que te diga? Si sabía perfectamente que íbamos a empezar a discutir como ahora y después seguramente me dejarías y no me darías bola nunca. - Dije con un llanto descontrolado.
Su mirada se sensibiliza y vuelve a hablar.
- ¿Como vas a decir eso? - Dice con un tono de decepción.
- Es lo que pienso, ahora que estás en tu momento de fama hay 1 millón de minas hermosa detrás tuyo, y ahora en tu mejor momento no te ibas a estresar con un bebé. - Digo.
- Dejaría todo por vos, absolutamente todo, no me importa ni la fama ni el dinero ni nada cuando te tengo a vos. - Dice mientras agarra mis manos.
Levanto mi mirada para verlo, parece decepcionado por lo que dije.
- Escúchame, obviamente, no me parecía que era el momento para tener un bebé, pero si ya estás embarazada, no hay vuelta atrás, y esto no es un error, esto lo envía el destino porque sabe que es bueno para ambos. - Dice antes de darme un beso en la mejilla.
- ¿Pero que va a pasar cuando la gente se entere? - Digo preocupado.
- Nada, absolutamente nada, no se tendrían porque enterar, y si lo hacen, no me importa, es mi vida, no la voy a cambiar solo por lo que dicen los demás.
Sin más le doy un beso, uno que dura varios segundos y el amor y la ternura no faltan, al separarnos, me sonríe mientras que con su mano toca mi abdomen el cual mostraba un poco de panza.
¿Como puede existir un ser lleno de luz y bondad como el? Todo de el estaba absolutamente bien, es un amor.
