Entré con mi mejor amigo a su casa y me senté en el sofá mientras le explicaba que iba a ir al médico para revisarme. Él se ofreció para acompañarme, aunque en realidad creo que lo hizo porque estaba preocupado y quería asegurarse de lo que me decía el doctor.

También le conté la razón por la que me fui ayer. Necesitaba despejarme para pensar. Me habían vuelto a ofrecer de volver al equipo de la ciudad, pero yo ahora estaba jugando en uno de Francia y sinceramente me iba bastante bien. En estos momentos, estaba muy indeciso y por eso me tuve que ir. Por eso dormía tan poco.

—No sé si debería quedarme en el equipo de ahora o volver al anterior—le comenté dubitativo

—Yo creo que deberías quedarte en el que estés más cómodo y que tengas más oportunidades de triunfar o al menos que te paguen bastante para que puedas cuidar de tu hermana—me aconsejó mi amigo

—Es difícil. Me fui porque ficharon a Ryan y estar en el mismo equipo de él era muy incómodo

—Ryan ya no sigue jugando en ese equipo, se fue hace unos meses

Primera noticia del día. No sé en qué planeta vivía, pero hasta ahora no me había enterado de esta noticia. Lo miré sorprendido y empecé a hacerle miles de preguntas.

—¿Por qué se ha ido del equipo?—pregunté sorprendido y a la vez curioso

—Sinceramente, no lo sé. Pero creo que la causante ha tenido que ser Jessica—mi amiga era tan convincente que no dudo que haya sido la responsable de que Ryan se fuera del equipo

—Seguro que le ha lavado el cerebro—comenté y nos reímos a la vez

Estaba por levantarme, ya que se estaba acercando la hora de ir al médico y de repente aparecieron en el salón Daniela y Kevin y se me sumaron las ganas de irme inmediatamente.

Le di la mano a mi hermana y Gabriel se levantó para acompañarme. Cuando pasamos por el lado de ellos, Daniela se dio cuenta de mi presencia, pero la verdad que no estaba de humor para hablar con ella.

—¿A dónde vas con tanta prisa?—me preguntó

—¿Acaso te importa?—le contesté malhumorado

—Pues la verdad que sí, si no no te lo preguntaría, arrogante

—No es nada importante. Tampoco debería preocuparte porque ni siquiera somos amigos

No dejé que me reprochará nada. Salí directamente a la calle, Gabriel me seguía callado hasta que rompió el incómodo silencio.

—¿Qué fue eso?—me preguntó mi amigo alzando una ceja

—Solo dije lo que pensaba—le respondí sin darle importancia

—Thiago, estabas celoso—me recordó

—Uf, es que odio que haya tenido que venir Kevin para que tu hermana me aparte a un lado. Solo me ha estado utilizando y lo peor es que me advirtió que me lastimaría—le fui sincero

—¿Ha ocurrido algo entre vosotros que no me hayas contado?—me preguntó y dio en el clavo

—Puede—me miró esperando una respuesta—Ayer, tu hermana y yo nos besamos

—¿Qué?—dijo sin poder creerlo

—Bueno, fue algo más que un beso

—Madre mía, por una parte, me alegro, pero por otra estáis en un buen lío como se entere Kevin—me advirtió

—Eso no va a pasar porque le dije a tu hermana que olvidaríamos lo que hubiera pasado entre nosotros—le expliqué

—¿Entonces cuál es el problema?

Corazones en llamas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora