XIII

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TW: muerte de un personaje menor



Malena se despertó cuando el rayo del sol se colo por su ventana y se posó en sus ojos cerrados, regresandola al mundo consciente.

Se levantó sin ninguna queja, estirando todo su cuerpo para deshacerse por completo del sueño. Se preparó con la ropa que había dejado lista la noche anterior, la ropa con la que había asistido al primer partido de Danilo. Era como su amuleto de la suerte

Salió de su habitación cuando estaba lista pero encontró a su casa completamente vacía en un silencio. Buscó por todas las habitaciones señales de su hermano hasta que lo encontró en el sillón plácidamente dormido con una botella de cerveza en el piso. Malena lo cubrió con una manta antes de irse.

Por un momento se imagino que era una adolescente normal. Se imagino a su padre y a su madre en la cocina chocandose entre sí mientras preparan el delicioso y contundente desayuno. La risa invade las paredes de la casa que se encuentra terminada con pintura blanca y muebles de alta calidad.

Puede ver a su hermano molestandola de buena gana mientras desayunan, toda la familia junta entre sonrisas y buena comida.

Con la panza llena acompañan a Malena a ver a Danilo jugar para luego llevarlo a comer a algún lugar elegante para celebrar su victoria. Se imagina escaparse por unos segundos con Danilo lejos de sus padres, para robarle un par de besos tiernos mientras sus risas se mezclan con dulzura.

Se dio cuenta que había estado todo el camino con esa película en su mente, a tal punto de que había llegado a la cancha sin darse cuenta. Se despertó de su sueño ridículo repitiéndose que debía aceptar su vida tal como era, por más que la odiara.

Se acercó a la tribuna con los hinchas del Liniers . Al frente suyo estaba la tribuna de Boca, su corazón pego un salto cuando vio a la familia de Carlos tomando mate y hablando entre ellos mientras esperaban a su hijo.

Casi como si sintiera la mirada de la chica, Segundo miro hacia al frente y se encontró con el rostro de Malena con expresión desamparada.

Inmediatamente Malena miró hacia otro lado, recordando las palabras de Carlos. Al final del día si era una cobarde.

Vio hacia el campo de juego en busca de esos ojos marrones que la tranquilizaran. Vio el perfil de Danilo que escuchaba atentamente al entrenador que le explicaba al equipo las jugadas.

Como si hubiese sentido a la chica, Danilo miró hacia las gradas y su corazón pego un salto al verla ahí parada, mirandolo.

Los dos sonrieron al mismo tiempo y fue como si una corriente de electricidad viajará por toda la cancha para conectarlos. Danilo se atrevió a enviarle un beso disimuladamente y un calor complaciente recorrió su cuerpo al ver como la chica se ruborizaba.

Su intercambio de miradas se cortó cuando el entrenador aplaudió e indicó que todos se formarán en sus posiciones, dando alaridos de aliento.

El silbato sonó en toda la cancha y el partido comenzó.

Danilo, con la camiseta de Vélez puesta, corría por el campo con determinación y pasión, dando lo mejor de sí mismo en cada jugada. Malena lo observaba con admiración, sabiendo lo importante que era este partido para él y para su equipo.

En el otro extremo del campo, su mejor amigo Carlos, con la camiseta de Boca, también se destacaba con su habilidad y destreza. Malena hizo todo lo posible para no prestarle atención pero no pudo detener la ola de orgullo que inundó su pecho al ver a su mejor amigo con la camiseta de Boca por primera vez en su vida.

La familia de Carlitos gritaba ante todo movimiento y Malena deseo con toda su alma poder estar con ellos, acompañándolos en su emoción y en su festejo. Extrañaba sentirse parte de esa familia con todo su corazón.

LA DAMA Y EL VAGABUNDO|| danilo sanchez/ matias recaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora