XV

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El constante latido de su corazón era lo que mantenía a Malena en su tranquilo estado de sueño que estaba siendo amenazado con interrumpirse con las voces que sonaban detrás de la puerta.

Estaba en el medio de estar dormida a estar consiente haciendo todo el esfuerzo para no despertar. Pero las voces seguían aumentando su volumen haciendo que sus ojos parapadearan rápidamente mientras desaparecía todo rastro de somnolencia.

-No lo va a soportar, Andrea- una voz agitada hablaba fuera de la habitación y Malena podía distinguir su miedo en cada palabra.

-Se tiene que enterar de alguna forma-

Todos los recuerdos de la noche anterior azotaron su mente en un sopetón casi doloroso. Recordó con alta definición los estruendos de los disparos y el terror de no haber visto mas a su hermano.

Todavía no sabía nada de él. Tenía mucha suerte de todavía estar viva, teniendo en cuenta la furia que Jorge debía tener frente a la muerte de su novia.

Trató de concentrarse en su alrededor entonces, para no tener que pensar en eso. Sintió un peso cálido en su estomago y cuando bajo su cabeza para ver vio el brazo de piel blanca que la agarraba la cintura con una fuerza para nada molesta.

Miró hacia su costado y vio el rostro tranquilo de Danilo durmiendo plácidamente. Siempre su cuerpo se llenaba de calor al ver la expresión inocente y aniñada del castaño cuando dormía  Era como si se hubiese liberado de todas sus preocupaciones en el mundo de los sueños.

-Es su hermano, no te das cuenta. La va a matar-

Las palabras de inmediato hicieron que se levantara de la cama, consecuentemente el castaño se despertó al instante.

Miró el rostro turbado de Malena apenas abrió los ojos. Con las extremidades todavía no despiertas trató de levantarse.

-¿Que hora e'?- preguntó con la voz ronca, pero Malena no pareció darse cuenta que se habia despertado. Miraba hacia la puerta, como si la misma no estuviese y frente a ella una ecena estuviese pasando.

-¿Que paso?- preguntó Danilo al ver como la respiración de Malena se agitaba.

Malena siguió ignorandolo y se levantó de la cama muy cautelosa, tratando de que la misma no hiciera ningún ruido.

-Male- insistió Danilo en voz baja, volviéndose un poco desesperado a la falta de respuesta de la chica

-Shh- chisto Malena con los ojos saltones. Parecía enloquecida; se veía tal cual como cuando aspiraba ese polvo blanco que tanto le había obsesionado.

Caminó hacia la puerta, que estaba entrecerrada y muy cuidadosamente la comenzó a abrir. La puerta no hizo ningún quejido y pudo abrirla casi por completo. Frente a la habitación estaba la cocina, donde se encontraba Segundo, Andrea y Danilo hablando en voz baja, dandole la espalda a Malena.

-Bueno, pero no se lo podemo' decir así noma. La tenemos que sentar y contárselo con mucho cuidado- Hablaba Segundo con su voz grave- Ya vimo' como se puso el Danilo con lo del Seba.

Malena sintió una contracción en el corazón, sabía que hablaban de ella y sabía que era lo que le tenían que decir con tanto cuidado. Pero se negaba a aceptarlo.

No iba a escuchar de la voz de otros que su hermano había muerto.

Miró detrás de su hombro, hacia Danilo que la miraba con ojos expectantes. Hizo un movimiento con su cabeza, para indicar que la siguiera. Agarró sus zapatillas que estaban al lado de la puerta y con pasos livianos salió de la habitación. Ni Segundo, ni su esposa y ni Carlitos se dieron cuenta de la escapada de la chica. Tampoco se percataron de la escapada de Danilo.

LA DAMA Y EL VAGABUNDO|| danilo sanchez/ matias recaltजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें