Esos ojos (Snirius)

Capítulo XII: Caelum

La promesa de verse en las vacaciones se cumplió aunque fuese a ultima hora. 

Un día antes de que empezara el nuevo año Lily y Severus decidieron salir a un parque de diversiones. Severus había ido a su casa a recogerla personalmente, pero fue el papá de Lily quien al final los fue a dejar al parque y el que iría a recogerlos. Lily estaba vestida por su típico vestido floreado y tenía el cabello recogido en una suave trenza de lado y Severus tenía al fin ropa que se ajustaba más a su talla, aunque por la costumbre seguía siendo un poco holgada y oscura. 

Pero en ese momento nada importaba, se sentía orgulloso de que como todo un caballero pudo pagar toda la salida y escuchar la risa de la niña en los pocos juegos que se subieron le dieron cuenta que todo valió la pena. 

Se sentía genial poder tener la independencia a la que estaba acostumbrado. 

—Una cabina de fotos, vamos. —La joven arrastró a Severus para poder tomarse diversas fotos. Al final se sacaron dos tiras, una para cada uno . 

Para el muchacho esta salida fue refrescante, hablaron de muchas cosas no relacionadas a clases, que comúnmente era su tema principal en Hogwarts. Aunque, ahora Severus tuvo que hacer el esfuerzo por recordar a muchas personas, pues Lily se la pasó hablando de sus amigas del colegio y él le contó como había sido su pequeño trabajo. 

Si bien no ganó mucho, le fue suficiente para sus comidas y los materiales para el siguiente curso. 

—Supiste que Sirius estaba saliendo con una Irma Valesnky, una chica ravenclaw de cuarto año —comentaba Lily. Estaban esperando que los recojan. —O eso es lo que Pettigrew se ha encargado de presumir, ni siquiera es su relación, pero estaba tan contento. 

—¿Ravenclaw? —preguntó Severus. 

Severus evitó mencionar a esas desgracias porque no quería arruinar el bonito día que había tenido, pero ahora Lily iba y le lanzaba esa información. Severus estaba muy seguro de lo que había visto ese día. De hecho, el maldito el había sonreído burlón y descarado. 

—Sí, ¿la conoces?

—¿Estas seguro que era Ravenclaw? —No era que desconfiara de la pelirroja, por supuesto que no, pero quería confirmar sus sospechas.  

—Sí, ¿No la has visto en el gran comedor? Rubia, ojos azules, blanca. —Ahora estaba seguro de una cosa—. ¿Por qué? 

—Por que hace dos días lo vi en el callejón diagon, con una chica de Hufflepuf, castaña con ojos mieles —habló con una voz suave e intentando no mirar la expresión de obvia sorpresa e indignación. 

—¿Qué? 

Oh Black, viejas mañas difícilmente se olvidan sin importar que realidad sea. 

Tuvo que aguantarse la risa cuando, en su regreso a Hogwarts, vio la cara de enojo de Lily al ver a Black junto a la chica con las descripciones que él le había mencionado. No entendía el odio conjunto que algunas mujeres sentía cuando se enteraban de infidelidades de hombre mujeriegos como Black, así como no entendía porque aún habían mujeres caían victimas de ese hombre. En el pasado ese era el patrón, una mujer gritándole infamias por haber herido los sentimientos de su amiga y días después la misma mujer siendo la novia del mes de Black. Severus tenía la fuerte creencia que Sirius lo hacía por ego que por otra cosa. Ahora veía que ciertas cosas se volvían a repetir. 

Lo que no se esperó, fue ver que Lily empezó con el recelo hacia el cuarteto, como si aquella infidelidad se la hubieran hecho a ella. Pero que satisfacción sintió cuando Potter la invitó a viajar en el mismo vagón, pero la actitud de Lily fue tal que lo rechazó rotundamente, lo tomó de la mano y salieron de allí. Quiso ver la cara de enojo de Potter, pero lo único que logró ver una cara de decepción. Eso era nuevo.