07─Marchando a la locura

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Harry miraba a Izar preparar pócimas, según la castaña lo hacía por sí las llegase a precisar en un futuro no muy lejano (o más bien a pasado). Ella aún no había hablado de nada de lo que tenía en mente, posiblemente pensarían que se estaba volviendo loca (hay unos buenos motivos para pensarlo), pero en cuestión de una semana ya tenía dos muestras de cada poción que había hecho. Todas sus cosas ya se encontraban guardadas en su bolso.

La verdad era que había revisado todo más de quince veces por día, la daba miedo olvidar algo y que después pase algo malo. También había retirado dinero de la herencia que le había dejado su madre, lo iba a necesitar, porque no sabía como era en Hogwarts, pero en Beauxbatons gastaban demasiado dinero cuando había eventos o tenían días libres y salían a recorrer.

Para ser sincera, tampoco pensaba decirle nada a nadie de lo que tenía pensado hacer, iba a irse en la noche cuando todos estuviesen durmiendo. Ya se había mentalizado, estaba decidida, nada se iba a interponer en su camino. Meta del día (año): salvar a su familia. Y todos tenían que perdonarla, pero no la podían juzgar por querer formar una familia realmente, una que tenga su mismo apellido, quería ver a su padre y a su tío, tenía el cuadro de su abuela (que si bien era una arpía, a ella siempre la trató bien), y tenía a Kreacher, solo eso pedía.

Un gran revuelo se escuchaba en la planta de abajo, Izar no quiso moverse para ir a ver, no quería enterarse de nada, le había parecido escuchar la voz de la señora Weasley, también creyó escuchar la risa de Ginny, pero no salió. Solo se mantuvo encerrada en su cuarto limpiando su caldero y guardando todo otra vez, quería tener todo meticulosamente ordenado.

No supo en que momento se había puesto a guardar todas las cosas que tenía de cuando era chica, sabia que iba a vivir en esa casa de ahora en más, tenía la sensación de que por fin iba  a compartir la casa con otro Black. Guardo todas las polaroid y los dibujos en una caja, le escribió con pluma "fotos y dibujos de Regluglu", se rió sola ante el apodo, era de muy mal gusto pero le hacía gracia. Sus peluches fueron a parar sobre el guardarropa, y alguno que otro sobre una de las pequeñas repisas que tenía contra la pared.

Entre una cosa y otra se entretuvo cantando. Por mientras limpiaba los muebles del cuarto y ordenaba el escritorio que había ahí, también limpio el espejo del guardarropa, estaba medio sucio. En el reflejo pudo ver una caja guardada bajo su cama, brillaba y le llamaba la atención. Sin mucho que pensar, se agacho y sacó aquello. Iba a revisarlo pero escuchó pasos por el pasillo. Tiró la caja para adentro de su bolso y salió de su habitación.

Al abrir la puerta se encontró con todos los hijos Weasley, recibió una sonrisa de parte de todos.

─¿Por qué están aquí? ─preguntó sin sonar grosera.

George se acercó a la chica y le revolvió la melena castaña.

─Es un gusto verte a ti también ─respondió divertido.

─Hola ─susurró con las mejillas rojas y su cabello desordenado.

─Vamos a quedarnos aquí hasta que la Orden resuelva algunos asuntos pendientes ─respondió Fred aún desconfiando de la castaña.

─Ahhh...

─¡Izar, noche de chicas! ─el gritó de Ginny alertó a la Black.

─¡No! ─chilló alterada, todos le dieron una mirada, se dio cuenta de ello─, digo, no, hoy no. La verdad es que he estado muy cansada y mi cuarto es un desastre, debo ordenarlo.

La pelirroja la miraba mientras que ella se mordía el labio nerviosa, ¿Qué se supone que debería hacer?

─Deberías no molestar, Ginny ─regañó George a su hermana.

El reloj de Linjat |⋆Regulus BlackWo Geschichten leben. Entdecke jetzt