Capitulo 10

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Sasuke suspiró ante el comentario de su compañero de trabajo y sin tomar importancia a lo que este dijo, respondió: Debo desempacar productos, ¿sabes dónde está el almacén? —— el contrario se cruzó de brazos algo molesto, y le señalo a dónde debía ir. Sasuke pasó días cargando y desempacando cajas en absoluta soledad pues Karin y Suigetsu debido a sus estudios iban a trabajar en la tarde, por lo que no se cruzaban con el Omega en ningún momento, hasta la noche.

Pasados 6 meses, el poco notorio vientre del Omega, se había vuelto prominente y estorboso para su trabajo, pues con aquel nuevo peso, le costaba cada vez más levantar cosas, y ni hablar de los insoportables dolores de espalda y pelvis, o las terribles náuseas matutinas. Para Sasuke era cada vez más complicado lidiar con el embarazo, y más aún habiéndose mudado de casa de su amigo a los 3 meses, decisión que ahora lamentaba, ya que no había nadie que le ayudara o auxiliara si algo llegaba a pasarle. Llegados los 9 meses, y ya a solo a unas cuantas semanas de dar a luz, su jefe le dijo que ya no podía seguir trabajando en su condición, y que además había recibido muchos reclamos de clientes que lo juzgaban por obligar a trasladar cajas a un Omega embarazado; Sasuke sabiendo lo difícil que sería mantener a su hijo sin tener suficiente dinero, suplicó a su jefe que le permitiera seguir trabajando, pues el no tenía una familia que lo ayudara ni un lugar a donde ir; el hombre dudó si cumplir la petición, pues no quería ser objeto de investigación por explotación laboral, pero viendo que Sasuke estaba realmente desesperado por conservar el puesto, decidió no despedirlo, pero como condición debía quedarse en el almacén contando mercadería y verificando entregas; el Omega aceptó sin pensarlo y al día siguiente comenzó con su nueva labor.

A solo una semana de la fecha prevista, y mientras revisaba las cajas de una repisa alta, sintió un repentino dolor en el vientre, seguido en líquido que empapó el suelo y sus pantalones; al darse cuenta de lo que le sucedía, intentó bajar de la escalera en la que estaba trepado, pero un paso en falso lo hizo caer, para fortuna suya unas cajas vacías apiladas amortiguaron un poco la caída, adolorido y aturdido intentó ponerse de pie, sin embargo, le fue casi imposible debido a las contracciones, el dolor era tan inmenso que en su desesperación rompió a llorar. Intentó por todos los medios llamar la atención de alguien, pero la puerta del almacén era gruesa y estaba cerrada para que nadie viera que él aún trabajaba ahí, viéndose atrapado, optó por usar su celular para llamar a alguno de sus amigos, que para desgracia suya, ninguno respondió a sus llamadas; sin más opciones tuvo que llamar a la única persona que le quedaba, entre lágrimas le marcó a su papá, quien se resintió a responder las primeras 5 veces, pero al ver que el número que marcaba era insistente decidió contestar, Sasuke balbuceó del otro lado al oír una voz gruesa y tosca: Papá... Te.. necesito.. —— Fugaku arrugó el entrecejo y respondió frío: Estás muerto para mí —— para luego cortar abruptamente la llamada, desesperado y ya sin opciones, intentó ponerse de pie una vez más, pero el dolor no se lo permitió, giró su cuerpo e intentó posicionarse de diferentes formas para minimizar un poco el dolor, quedándose recostado de lado mientras intentaba controlar su respiración. Pasaron al menos 40 minutos, hasta que finalmente alguien entró al almacén buscándolo

Ga: Sasuke.. el jefe quiere tus informes.. ¿el pedido está completo? —— pregunta Gaara tras entrar al almacén

Sa:...

Ga: Oi.. Sa.. —— se paraliza preocupado al ver la escalera en el suelo y al azabache recostado en el suelo

Sa: (se gira débilmente) Lle.. Llévame.. al.. hospital —— balbucea el Omega ya no pudiendo aguantar más el dolor de las contracciones

Ga: (corre apresurado hacia el azabache) ¿Que pasó? ¿Cómo fue que te caiste? —— pregunta Gaara mientras revisa que el Omega no tuviera ninguna fractura

Sa: Mi... Bebé... —— responde Sasuke débilmente mientras lleva una de sus manos a su vientre

Gaara rápidamente llama a una ambulancia y sale corriendo del almacén en busca de algún cliente que pueda ayudar en lo que llegaban los paramédicos, una anciana que estaba en el lugar charlando con el dueño, respondió casi al instante al escuchar a un joven gritar: ¿Dónde está? —— rápidamente Gaara la guío hacia el almacén y la anciana más ágil de lo que parecía apresuró al pelirrojo jalandolo ella hacia el lugar. Cuando llegaron, Sasuke estaba inconsciente y muy pálido,  Gaara asustado, se le acercó y lo sacudió mientras gritaba su nombre en busca de alguna respuesta, Chiyo que ya había traído varios bebés al mundo, apartó a Gaara, verifico el pulso del azabache y dijo muy seria: Tráiganme unas toallas agua, unos guantes de látex, una botella del alcohol y una navaja nueva, y que sea rápido, si no actuamos ahora, para cuando lleguen los paramédicos este niño estará muerto —— rápidamente el Omega pelirrojo salió corriendo, mientras que el propietario de la tienda se quedó con la anciana para ayudarla a acomodar a Sasuke en la posición más cómoda para realizarle una cesárea de emergencia; algunos minutos después Gaara regresó con todo lo que la anciana había pedido, y esta se puso manos a la obra, rápidamente se puso los guantes, roció gran parte del alcohol en el vientre descubierto del azabache y realizó un corte amplio atravesando capa tras capa hasta llegar al bebé, con cuidado sujetó al bebé y lo sacó lentamente; un silencio sepulcral invadió el lugar a espera de alguna muestra de vida, pasados varios segundos, el bebé tomó color y comenzó a llorar, todos en el lugar suspiraron aliviados, hasta que Gaara notó que de las toallas colocadas en la herida goteaba mucha sangre, esto se lo hizo saber a la anciana, quien tras dejar en brazos del pelirrojo al bebé, comenzó a hacer presión en la herida, sin lograr que la hemorragia se detuviera. Para cuándo finalmente la ambulancia hubo llegado, Sasuke ya no tenía pulso, los paramédicos se pusieron en acción casi de inmediato, y a pesar de sus esfuerzos no lograron reanimar al adolescente.
Aquella tarde, mientras hacia la cena, Mikoto recibió la noticia que ninguna madre quisiera oír; la Omega gritó estruendosamente alarmando a todos en la casa, cuando su esposo llegó a su auxilio, Mikoto llena de tristeza, enojo y remordimiento, apuntó a su marido con un cuchillo y gritó entre lágrimas: POR TU CULPA NUESTRO HIJO ESTA MUERTO!!!

Dulce Venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora