Noticia inesperada (Ver. Inukag)

17 1 0
                                    

El aire se sentía tan fresco esa hermosa tarde.
Aquella sacerdotisa sentada al lado del joven Jinenji recogía una por una plantas medicinales de diferente tipo, actualmente estaba haciendo mucha labor estás semanas, ya que quería tener la próximas semana los días libres para pasarla junto a Inuyasha, quien ahora se encontraba con Miroku en otra aldea trabajando muy duro derrotando diferentes tipos de yokai, para recibir alguna recompensa o una bolsa de mesada como pago por su servicio.

— "Me preguntó cómo le estará llendo a Inuyasha y a Miroku"— Pensaba, poniendo las últimas plantas en revisión en su canasta.— Muy bien, ya terminé podrás con lo demás Jinenji.— Preguntó lo último.

— Si, Kagome, más bien gracias por tu compañía.

— No hay de que. Ya me voy, necesito preparar el almuerzo, seguro Inuyasha no tarda en llegar con Miroku. Adios Jinenji, cuídate mucho.

(. . .)

— ¡Kagome!

— Sango, hola.

— Que bueno verte, acabas de recolectar más plantas.

— Si, está es la última en está semana, estoy feliz porque pasaré la próxima con Inuyasha— Dijo un poco sonrojada.

— Mm, veo que estamos iguales, ¿Quieres ir a mi cabaña para tomar un poco de té?

— Oh, está bien.

Ambas mujeres caminaron unos minutos y llegaron a la casa de la exterminadora.
Al entrar Kagome se sorprendió al ver a Shippo y Kagura con los niños de Sango.

— ¡Sango, Kagome!

El pequeño zorro se lanzó a los brazos de la sacerdotisa.

— Hola Shippo, ya llegamos

— Hola Shippo— Aome abrazó al pequeño zorro, que más o menos había crecido un poco.

— Hisui y las gemelas se portaron bien.

— Si, son un revoltijo cuando son niños, pero el pequeño zorro me ayudó.

— Vaya, muchas gracias Kagura, lamentó si te quite tu tiempo para algo importante.

— No Sango, no tenía nada que hacer hoy, ayude mucho ayer a los aldeanos con sus plantas y a quitar polvo de sus casas. Además, creó que es bueno que experimente con pequeños, aparte que Kohaku ya está muy grande.

— Nunca pensé oír esas palabras de ti, me parece genial que quieras experimentar nuevas cosas— Dijo Kagome tomando asiento, mientras Sango ponía a calentar la olla de barro.

— Bueno, ahora que tengo mi ansiada libertad nada me lo impide— Dijo Kagura acercándose a las dos mujeres para tomar asiento.

Las mujeres siguieron hablando, mientras los pequeños dormían, Shippo tuvo que irse ya que al otro día tenía práctica. Más rato llegó Rin a la cabaña, saludo a las mujeres y ellas la invitaron a sentarse.

— Que bonita flor Rin— Mencionó Kagome, señalando la flor amarilla que estaba a un lado de la oreja de la chica. Así es, Rin ya era toda una muchachita de quince años.

— No me sorprendería si ya hubiera alguien tratando de cortejarte — Dijo Sango sirviendo guiso en un plato y pasándolo a Kagura, que tenía un gesto un poco cómplice.

La chica se puso un poco ruborizada al escuchar a ambas mujeres, trato de decir algo, pero escucho hablar a Kagura.

— No se que decir, pero Rin siempre se pone flores o hace una corona de flores para los demás— La mujer le guiño un ojo a la chica, a lo que ella sonrió un poco apenada.

Embarazos de TresWhere stories live. Discover now