Prólogo

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¡Kendall Clark! ¡No puedo creer que te estés levantando a esta hora! Me dije a mi misma.

Faltaba media hora para que las clases comenzaran, eso significaba que papá esta apunto de irse. ¡santa mierda y estúpido despertador!

Me levanté de un tirón sintiéndome mareada y caminé al baño para arreglarme lo mas que pude, al salir busqué en mi armario arrojando prendas hasta enconar algo.

Me cambie como pude. Oh no, papá se ira pronto. Coloqué la tarea en mi bolso y me fui corriendo a cepillarme los dientes.

-hija, lo siento pero debo irme. Te veré más tarde -y se escuchó la puerta cerrarse.

Y así, queridos míos, es como un padre abandona a su hija que perderá el primer periodo de clase. ¡joder!

Bajé rápidamente las escaleras, tomé una manzana de la canasta de frutas y salí corriendo.

Entre jadeos llegué a entrar a la escuela, las personas se estaba esparciendo por todas partes y me dio a entender que aún tenía tiempo. Llegué a mi casillero y saque los libros que no necesitaría y deje los que si con las tareas también.

-¡kendall! -mi amigo, Parker, gritó mi nombre tan fuerte que algunos chicos giraron a verlo -. Llegas tarde, dame tus tareas.

-¿volviste a olvidar hacerlas? -le reproché con la respiración a mil. Me extendió una botella de agua y lo agradecí que le dí mi tarea -. Iras a dejarlo.

Él asintió.

El timbre sonó y como pude le devolví su botella, cerré el casillero y ajuste mi bolso. Salí corriendo, el profesor de literatura me odiaba como el infierno y no quería que me cerrara la puerta en la cara.

Logré alcanzar a ver al profesor hablando con un padre de familia y sonreí en victoria. Aún podía llegar.

Y todo paso tan rápido. Un grupo de personas se puso en mi camino y topé con que lideraba. Caí de golpe en el suelo y escuché como unos cuadernos fueron tirados en el suelo.

-¡fíjate! -dijo el chico bastante enojado. Me levante como pude sintiendo la cara arder de vergüenza.

-lo lamento -tartamudeé.

Al levantar un poco la mirada vi la expresión del chico, nada mas y nada menos que Dereck, el mariscal y lider del equipo de futbol. Oh no. Tenía ojos verdes de los que nunca había visto de cerca, su altura dejaba mi cabeza hasta su hombro, el cabello oscuro estaba levantado hacia arriba... Me di cuenta que lo veía mucho y agité un poco mi cabeza

-recoje mis libros ¿qué esperas?

Me sonroje aún mas pero ya no era por vergüenza, era por rabia. Los chicos a su lado se reían menos uno de cabello castaño que negaba con la cabeza y su mirada se dirigía a Dereck. Creo que el chico se llama Áaron.

Vi como el profesor se despedía de la persona y no sabia que hacer.

-apresúrate que no queremos llegar tarde -habló Dereck.

-¿vas a la misma clase que yo? -pregunte. Y como si fuera un chiste para todos se comenzaron de reir. Dereck me veía enojado y sus ojos verdes se oscurecían.

-vaya, tenemos una tonta en la escuela -sonrió al decirlo pero esa sonrisa no era amistosa ni burlona.

El profesor me vio a lo lejos y me mando una mirada con desaprobación.

-tonta sera tu abuela -le dije y salí corriendo hasta el profesor que suspiro y me dio paso a que entrara, pero no evite escuchar las burlas de el grupo de fútbol.

Estoy en problemas me dije a mi misma.

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