Road to victory

Capitulo 8

Majo

Sentir sus labios en mis labios era como magia.

Nuestros labios conectaban, era como rompecabezas, era la pieza que faltaba.

Nos separamos del hermoso momento.

Sonrei al ver sus hermosos ojos.

—Eres lo mas hermoso que mis ojos han apreciado—susurro.

Me gire y recoste mi espalda en su pecho.

Disfrutamos del momento en silencio, tranquilo, comodo.

La playa, el atardecer, todo era simplememte perfect

Alce la mirada y mire sus hermosas arrugitas que se le hacian al sonreir.

—Eres tan guapo—dije sonriendo mientras lo miraba.

—No tanto como tu—respondio tranquilo.

***

Llegamos a el departamento que comparto con Marco.

Lando estaba dormido en el sillon y Marco y su novia viendo una pelicula en el sofa.

—Lando, vamonos—Oscar lo desperto rapidamente.

Lando se levanto a regañadientas y se despidio de todos.

Lando salio de el departamento y Oscar se paro en la puerta, me dio un abrazo y un beso en la frente.

—Nos vemos en la siguiente carrera—pregunto con una ceja alzada.

Asenti y me dio otro beso en la frente y se fue.

Cuando tomaron el elevador cerre la puerta y tenia a Marcos tomandome de los hombros y bombardiandome de preguntas sobre lo de esta tarde.

—Respira hijo, te me aficcias.

—¿Que paso? ¿A donde fueron? ¿Lo hicieron?

—A cenar y a la playa. Y obviamente que no.

—Entonces, por que Oscar se veia mas cariñoso de lo normal.

—Puede que tal vez, nos hayamos besado, puede—dije con la cara ardiendo.

Marco solto un grito para nada varonil y muy chillon.

Su novia lo miro extrañado.

—Ese chico si que es guapo, si no estuviera contigo si me lo ligaria—dijo la novia de marco, mordiedose el labio.

Nosotros la miramos mal.

—No te haria caso, creeme—dije mirandola mal

Ella abrio la boca ofendia.

—Pues que quede claro que yo soy mas guapa que tu—dijo indignada.

—Si, si claro, ya vete de aqui—dije dandole su bolso y sacandola de el piso.

—Marco, dile algo—dijo con un tono chillon.

—Nos vemos mañana mi amor—beso sus labios—llamame cuando estes en tu casa.

Y le cerro la puerta en la cara.

—Oh no, eso te va a costar caro.

—Una noche conmigo y se le pasa—dijo sin inportancia.