¿Qué pasaría si Itadori descubriera que su novio Satoru Gojo le es infiel?
¿Sukuna, su mejor amigo de la infancia podría ayudarlo?
¿Sukuna podría tomar el valor de declararse tal vez?
La realidad es que está a la suerte todo esto.
Por lo que al men...
Habían pasado 5 meses desde aquel conflicto con Satoru Gojo y de las conversaciones incómodas de la mudanza de Itadori; Sukuna no se sentía cómodo con aquella decisión, temia por la seguridad de su sol, pero no podía prohibirle su libertad, jamás sería capaz de quitarle eso...
Desde la mudanza de Itadori todo se había vuelto monótono en la vida de Sukuna, no podía negarlo, sentía un vacío en aquel departamento que compartió durante casi un año con su pequeño sol, pero, no todo era tan malo, aunque no se veían con la misma frecuencia por la distancia de sus hogares, podían verse todos los fines de semana y dormir juntos aunque sea esos días, para no interferir con sus actividades normales de trabajo y escuela.
Itadori se sentía inquieto, hace un tiempo deseaba entregarse de otra forma a Sukuna, pero, ¿Cómo podía pedirle eso?, no era una pareja oficial, pero aún así, se trataban con aquel amor y cuidado como si lo fueran, quería abrir su corazón nuevamente a quien realmente le amaba, pero tenía miedo y dudas aún.
Pero el día de hoy le confesaría sus sentimientos, quería ser claro con él y tal vez... Si Sukuna pudiera esperar un poco más en su proceso, podrían ser una pareja estable.
Escucho el toque de su puerta, sabía que Sukuna había llegado para cenar con él ese sábado por la noche, Sukuna había pedido sus vacaciones para estar con Itadori unos cuantos días en su departamento, cosa que había emocionado al más chico.
—Yuuji, ¿Estás ahí?.— pregunto Sukuna atrás de la puerta.
—¡Si!, dame un momento.— Itadori corrió a abrir la puerta de su departamento.
Ambos se miraron con aquella ternura que sentían por el otro.
—Bienvenido.— dijo Itadori con suavidad.
—Gracias, ¿Cómo has estado?.— pregunto Sukuna mientras pasaba a la sala del chico para quitarse su abrigo.
—Bien, ¿Y tú?, sabes estaba pensando en hacer algo especial.— Itadori estaba acomodando algunas de las cosas que trajo Sukuna para la cena.
—¿Así?, ¿Y qué es eso tan especial?.— Sukuna tenía curiosidad de lo que pensaba su pequeño sol.
Sukuna se estaba acercando a la cocina para tomar de la cintura a Itadori, besando poco a poco su cuello, no con otras intenciones, ya era un ritual para ambos hacer este tipo de gestos.
Itadori se sintió nervioso un momento, pero, no aparto a Sukuna al sentir ese toque, simplemente se dejó mimar por él más alto.
Estaban compartiendo un momento cálido y sin más intenciones que dejarse llevar por su amor correspondido, aunque no lo dijeran abiertamente, sabían a la perfección que sentían lo mismo.
Sus corazones latian al mismo tiempo, Itadori se sentía nervioso, por lo que se volteo con rapidez hacia el pecho de Sukuna, no deseaba que lo viera con aquel sonrojo tan notorio en sus mejillas.
—Jaja, ¿Nervioso Itadori?.— pregunto Sukuna con cierto grado de burla.
No negaría que amaba que el se sonrojara así.
—Cállate... Sukuna... yo, te amo...— susurró levemente Itadori, después de hacer una leve pausa.
Sukuna se quedó callado ante aquel susurró, su corazón latía con fuerza y no podía evitar su sonrojo, nunca antes Itadori le había dicho algo así, sus sentimientos estaban siendo correspondidos de forma directa.
Ambos se estaban dejando llevar por aquel momento en sus vidas, Sukuna había despojado la mayor parte de la ropa de Itadori, había repartido besos en su cuello, dejando marcas rojizas en el mismo.
Estaban disfrutando las caricias que ambos se poepocionaban, aún así, Sukuna miraba con dulzura y preocupación a su pequeño sol, no deseaba hacerle daño y no quería que el se sintiera presionado ante toda esta situación.
—Su...Sukuna... Aah~.— gimió Itadori al sentir como Sukuna jugaba con su entrada.
Sukuna estaba introduciendo sus dedos en la entrada tan apretada de Yuuji, amaba como apretaba su interior y no podía evitar pensar como se sentiría una vez que estuviera totalmente adentro de él.
Quería comerlo entero y dejarse llevar por el placer con su pequeño y hermoso sol, pero en cuanto miro leves lágrimas recorriendo el rostro de Itadori, se detuvo un momento para mirarlo con calma y preocupación.
—Itadori, ¿Te sientes cómodo con esto?.— dijo Sukuna con cuidado y ternura.
Sukuna siempre tuvo en claro algo y eso era el que nunca obligaría a Itadori a algo que el no se sintiera cómodo.
--------------------------------------------------------------- Les traígo actualización de Mi única razón.
Espero les guste mis amores la verdad es que me tarde un poco con esta actualización por qué quería que fuera bellísimo este capítulo y los voy a dejar con las ganas del frutifantástico, así que sean pacientes mis amores.
