04. TAEHYUNG

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      Ninah tuvo que sentarse en un taburete ubicado en la esquina del pasillo cerca del sanitario. Intentó ponerse de pie un par de veces pero no pudo, cosa que al parecer la hizo sentir avergonzada porque sus mejillas se ruborizaron cuando además, notó que yo estaba atento a sus intentos fallidos para levantarse.

      Me puse de cuclillas frente a ella y tras tener su permiso, tomé el tobillo con delicadeza. Pasé el pulgar sobre su piel y noté que el golpe que se dio fue peor de lo que imaginé. Estaba inflamado, caliente y al fijarme en sus muecas de dolor me sentí culpable por todo lo sucedido. Si no le hubiese señalado el tonto papel nada de esto estaría pasando.

      —Lo siento mucho señorita Seo —confesé repentinamente, levantando la mirada hacia ella, quien permaneció confusa durante un momento.

      —¿Qué es lo que siente, Director Kim?

      —Es que me siento fatal por verla así. Si no le hubiese dicho lo del papel...

      —No... —me interrumpió —. No se preocupe, esto fue un accidente. Es más, creo que me siento mejor y debería ir con mis amigos —mintió y la delató el gemido agudo de dolor que soltó cuando apoyó su peso contra el pie lastimado, provocando que se sentara bruscamente sobre el taburete otra vez.

      —Usted no se siente mejor —. Me sorprendí a mi mismo reprendiendola, pero luego suavicé mi tono de voz —. No tiene que mentir, tampoco tiene que esforzarse para ponerse de pie si no puede. Si quiere yo la le llevo junto a sus amigos. Es lo menos que puedo hacer.

      —¿Q-Qué? —preguntó nerviosa, pero mi intención no era hacerla sentir así, por lo que me agaché de nuevo a su altura para que comprendiera mis intenciones.

      —Solo quiero ayudarla. Insisto en que es culpa mía haberla puesto en esta situación, al menos puedo cargarla hasta donde necesita ir.

      Pareció dudarlo porque desvió la mirada y se lo pensó, pero aún así insistí una vez más.

      —¿Puedo?

      No dijo nada al principio, pero luego asintió y primero tuve quitarle los tacones para llevarlos en una mano, aunque por un minuto quiso detenerme, acabó cediendo. Después coloqué un brazo debajo de sus rodillas y otro en su cintura para poder levantarla.

      Instintivamente la señorita Seo colocó su mano sobre mi hombro y aunque no la miré, pude sentir como ella si lo hizo fijamente sobre mí.

      —Gracias —musitó, con su aliento tibio soplando contra mi cuello.

      Por alguna razón ese gesto me hizo sentir extraño, pero lo único que pude hacer fue apretar una sonrisa para ella e inclinar un poco la cabeza haciéndole saber que no tenía por qué.

      Y me eché a andar.

      Salimos del pasillo que dirigía al sanitario e inmediatamente la música empezó a golpear más fuerte mis oídos. Aunque estaba oscuro, la gente no pasó por alto la manera en que me abría paso mientras cargaba a Ninah en mis brazos, pero hice lo que pude para ignorar absolutamente todo hasta que en un punto recordé que ni siquiera me había dicho en donde estaban exactamente sus amigos y me detuve.

      —Mis amigos están en el segundo piso —habló por encima de la música para que la pudiera escuchar, como si hubiera adivinado mis pensamientos.

      Miré a mis costados para ubicar las benditas escaleras hasta que las encontré. Subí los escalones y luego ella señaló a sus amigos quienes apenas la vieron se acercaron con prisa hacia nosotros.

DADDY ISSUES » K. TAEHYUNGWhere stories live. Discover now