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→30 de Mayo, 2023
🇲🇽 Monterrey, México
5:00 p.m.

Narrador Alex

–¿Estás realmente seguro que este es el camino?– preguntó Atenea.

Por octava vez...

–¡Es lo que dice el gps!– dije, arto.

Ya llevaba unos 15 minutos dando vueltas por acá, que vaya a saber dónde, por que ni siquiera yo se dónde estamos.

–Sabia que no era buena idea...– susurró ella, pero alcancé a escuchar

–¡Oye!– reclamé –Tu eres de por aquí, ayúdame–

–No quiero– dijo y se cruzó de brazos y miro para la ventana

–Vas a estar perdida tu también, conmigo– dije, no sonaba mala idea si lo pensábamos bien, pero si lo era.

Ella me había dicho que quería ir al parque y, con anterioridad había buscado lugares bonitos para llevarla, acá en Monterrey. Mi plan al parecer falló, nos perdimos.

–Ándale Tea, ayúdame– insistí, pegándome a ella.

Ya había estacionado el coche para evitar accidentes por no prestar atención a la carretera.

La conocía, que sabía que nada mas lo hacia por molestar y realmente si sabía dónde estábamos.

Sin pensar dos veces, le hice cosquillas. Sabía que caía rendida a eso. Y dicho y hecho, asi fue

Ella reía y como podía hablar, suplicaba que me detuviera, claramente lo hice, todo lo contrario; aumentaba las cosquillas.

Me encantaba su risa.

–¡Alex, por favor, para!–dijo entre risas

–No parare hasta que me digas donde estamos– conteste

–¡Bien! Tu ganas, te lo diré—

Gracias a mi plan, pude obtener lo que quería. Deje de hacerle cosquillas y me dedique a escuchar lo que ella me estaba diciendo y las indicaciones que me daba para poder llegar al lugar que quería.

A pesar de todo, aunque sabia que era de acá y por ende, conocía el lugar, quería que fuera sorpresa el lugar a donde la llevaba. Yo me dedique a seguir las instrucciones que me dio y al terminarlas, conducí directo al parque.

–Woww...–dije –Es realmente hermoso, las fotos no le hacen justicia a lo hermoso que es–

–Ya lo se– contestó ella

–¿Tu ya habías venido antes?– pregunté

–Solia venir de pequeña con mi mamá, era uno de mis lugares favoritos– contestó

Ambos reímos.

–Ven– dije estirandole mi mano para que ella pueda tomarla.

Ella me hizo caso y sonrió mientras me tomaba de la mano. Con una mano la tenia a ella y con la otra sostenía la cámara.

–Me gusta mucho este lugar– dijo ella, mirándome a ver mientras tenía en la cara esa sonrisa tan bella, que a mi me encantaba.

–Ten– dije estirandole la cámara.

Noche Estrellada, Así Cómo Tú Rostro || Quackity Where stories live. Discover now