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Narradora Atenea

Con todo el alboroto que habia pasado ayer, cai rendida en la cama de Alex, el no quería dormir ahi, asi que le invente una excusa que es una pijamada y en esas las personas duermen juntas. Una pequeña mentira, el no tendría porque enterarse.

Y asi es como termine acá, nos habíamos dormido dandole la espalda al otro, no se en que momento terminamos abrazados.

Unos brazos rodeaban mi cuerpo mientras los mios igual rodeaban su cuerpo, quedando muy juntos. Había despertado y me asustó el hecho que estemos asi, no voy a negar que no me guste el estar asi con el, pero me estaba ilusionando, ¿como voy a dormir asi con alguien que tiene novia?

Mejor aún, ¿cómo el no se ha dado cuenta que estamos asi y no me ha soltado, si tiene novia?

Las preguntas rondaban por mi cabeza, no se en que momento el despertó, yo solo lo miré, haciendo mi cabeza para arriba, conectando de nuevo con esos bellos ojos. Anoche había pasado lo mismo y si no fuera por que hable, lo hubiera besado.

El solamente se dedicaba a mirarme y yo también a el, amaría mucho amanecer todos los dias así, con el.

–Buenos dias– dije, desviando la mirada e intentado levantarme de la cama.

–Buenos dias, ¿dormiste bien?– dijo con esa voz que mataría a cualquier chica, una voz muy ronca de recién levantado.

[...]

–¿Que planes hay para hoy?– dije, para luego llevarme un bocado a la boca

–¿Como que cuáles planes, señorita?, tu te iras a tu casa por que estas castigada, además no tengo tiempo, mi vuelo sale a las 3– dijo

Tenia que admitir que se me habia olvidado ese pequeño detalle de estar castigada. Apenas eran las 8 de la mañana y mis ánimos me los habia apagado.

Estaba apreciando realmente este pequeño momento de desayuno con el. Me alegraba que después del accidente de ayer, hoy habia cocinado realmente rico.

Cuando ambos terminamos, yo me ofrecí a lavar los platos que se habían ensuciado y el se fue a la habitación a preparar sus cosas.

Al terminar de lavar los platos decidí meter las pocas cosas que había traído en mi pequeño bulto, y me senté en el sofá mientras veia mi celular.

Pensando en lo que me esperaba al llegar a la casa, aún estaba a tiempo de arrepentirme e irme con Alex a Los Ángeles, aunque eso solo empeoraría las cosas.

–¿Estas lista?– dijo el, sacandome de mis pensamientos, vestía unos pantalones negros y una camisa blanca, con su distintivo gorro y no podían faltar los lentes de sol. Realmente muy atractivo.

–Si– dije

–Pues agarra tus cosas y vámonos– dijo, mientras salía para ir a donde el carro y yo lo seguía

Apenas llegamos y me abrió la puerta del carro y entre en el. De inmediato fue en marcha.

–Tenia en mis planes regresar porque me gustaron nuestras pequeñas salidas– dijo, a lo que yo rei –Pero creo que ahora Ari, y mucho menos Juan me dejaran salir de nuevo asi contigo –

–Perdon Alex, no era mi intención que esto pasara– dije

–Ate, realmente me gusta estar contigo, pero por favor no vuelvas a hacer eso si me dejan salir contigo de nuevo–

Noche Estrellada, Así Cómo Tú Rostro || Quackity Där berättelser lever. Upptäck nu