Capítulo 7.

13 2 8
                                    

—¿Qué pasó?.

—No lo sé. Frank dijo qué lo fuera a recoger. Vamos.

—¿Y a dónde?.

—No lo sé.

Se subieron al auto, Gerard lo encendió y se dirigieron a dichosa dirección.

—¿Sabes dónde es?.

—No. Espera. Es aquí, creo.

—Gerard, abre. Por favor. ¡Enseguida!.

—Lindsey, siéntate atrás por favor.

—Oh, claro.

—¿Qué mierda te pasó?.

—Enciende él auto. Vámonos. Cuándo lleguemos a casa te cuento.

—¿Por qué? ¿Pasó...?

—¡Arranca él auto! ¡Apresúrate!.

—Está bien.

—¿Te pasó algo? ¿Estás bien?.— preguntó Lindsey.

—Les cuento luego.

Llegaron en unos minutos a casa. Aunque él semáforo estuviera en rojo, no pararon.
Llegaron, se bajaron y entraron.

—Ahora cuéntanos, ¿Qué mierda te pasó? ¿Por qué tienes moretones en el rostro? ¿Qué...?.

—Dos compañeros. Salí con Ray. Íbamos caminando por una esquina, y me empezaron a amenazar.

—¿Y por qué?.

—Oh, ¿Y tú por qué creés? ¡Porque soy gay! ¿¡Acaso no me pueden gustar los hombres!? ¿¡Qué problema tienen con eso!?.

—Cálmate.

—¡No me digas qué me calme, sí no puedo enamorarme sin qué alguien me moleste! ¡No quiero volver a ese lugar! ¡No pienso volver a pisar esa maldita escuela!.

—¡Frank! ¡Cálmate! ¡Sí quieres no vuelvas más, pero necesitas calmarte ahora!.— gritó Lindsey.

—Oye, no le grites...

—Gerard.

—¿Qué pasa?.

—No quiero volver....

Lastimosamente Frank se volvió un mar de lágrimas. No podía parar de llorar. Gerard sólo lo abrazó mientras él chico seguía llorando.

—No quiero...

—Está bien. Sí quieres me quedo aquí contigo.

—¿Y qué te hicieron?.

—Uno de los chicos me golpeaba él rostro, y él otro me golpeaba con los pies en las rodillas.

—Ve a recostarte. Descansa.

—Está bien.

—Gerard, ¿Qué vamos a hacer con él?.

—Ni idea. Por ahora qué no vaya a la escuela.

—Te ayudaré para qué te quedes con Frank. Una licencia médica. Es la única manera.

—Eso no dura mucho tiempo, ¿Y qué pasará con los otros días? ¿Se quedará sólo?.

—Lamentablemente. Aunque hay una solución, pero no te gustará.

—¿Qué cosa?.

—Renunciar.

—¿Cómo voy a renunciar? Jamás lo haría.

—¿Quieres qué Frank se quede sólo?.

—No...

—No hay otra alternativa.

—De hecho, sí la hay. Pero no quiero hacerlo.

—¿Qué cosa?.

—Enviar a Frank con sus padres de vuelta a New Jersey.

—¿Estás seguro?.

—Completamente. Además estará seguro allí. No conmigo.

—¿Y cuándo lo harás?.

—Pronto. Pediré una licencia. Lo máximo es una semana. Pero tendré qué volver igualmente. Trataré de pasar más tiempo con Frank, antes de qué se vaya.

—No creí qué tomaras esa decisión.

—No quería hacer eso.

—Lo sé.

—¿Creés qué Frank sé lo tome de buena manera?.

—No lo creo. Pero tendré qué hacerlo.

—Compraré los boletos ahora.

—¿Y para qué día?.

—No quería hacer esto. Pero él último día libre qué tendré será él 31 de Octubre.

—¿Y qué pasa ese día?.

—Es su cumpleaños.

—Eso lo va a herir mucho.

—Lo sé. Pero quiero ir a dejarlo al aeropuerto. No podría faltar al trabajo.

—¿Creés qué Frank haya oído lo qué hablamos?.

—Espero qué no.

—¿Ya los compraste?.

—Estoy en eso.

—Sí quieres compras con mi tarjeta.

—No, gracias.

—¿Listo?.

—Sí.

—Qué decepcionante y triste.

—Lo sé.— suspiró—. Iré a ver a Frank.

—Claro.

—Está durmiendo.— susurró.

—Mejor me voy. Regreso mañana en la noche. Asegúrate de salir con Frank. Y no te enojes con él. No lo hagas sentir mal, ¿Sí?.

—Lo haré.

—¿Lo prometes?.

—Lo prometo.

—Nos vemos luego.

—Adiós.

More Than a Feeling. ; Frerard. Where stories live. Discover now