Sinopsis: Hanma se siente harto de su vida, de la monotonía que envuelve a esta; sin embargo, todo cambia cuando accidentalmente se topa con alguien que podría darle un poco de color a su día a día.
Personajes: Hanma Shuji (19) and Hinata Hyuga (18)
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– Aburrido...
Sus nudillos ardían levemente, pero no le tomó mucha importancia, escupió un poco de sangre a un costado y acomodó su chaqueta, empezó a caminar fuera del callejón, dejando atrás varios cuerpos desmayados. Encendió un cigarro y caminó por las oscuras calles, observando el cielo con pereza.
No noto que una pequeña figura se dirigía hacia él rápidamente, hasta que lo inevitable sucedió, ambos cuerpos impactaron, el más liviano cayó sobre el más pesado.
El rubio levantó la mirada molesto, se encontró con otros ojos pálidos sin pupilas con lágrimas desbordando de estos, se mantuvo observando a la chica frente a él, quien desvió la mirada.
– ¿Eres ciega? – le preguntó observándola. – Porque pareces muy cómoda en esta posición. – La peliazul se sonrojo profundamente y negó ante lo dicho, algo que le pareció curioso y divertido al chico, pues esperaba que se ofendiera. Ella se llevantó con rapidez y desviando la mirada, le extendió su mano al adolescente que aún continuaba en el suelo, quien pensaba nuevamente, que aquella chica era muy curiosa.
– L‐Lo siento mucho, fue mi culpa, n‐no veía por donde iba. – hablo mientras impulsaba al chico para levantarse. El rubio acomodó su cabello y sacó un cigarro de su bolsillo, pues el anterior había terminado en el suelo. – T‐Te has lastimado. – dijo preocupada, empezó a buscar en sus bolsillo algo, sacando un pequeño estuche negro de cual saco una pequeña venda, ella lo miró a los ojos y le extendió la mano, el la miró unos segundos antes de extender la mano que no estaba sosteniendo el cigarro, la chica rápidamente comprobó su estado y luego la vendo, hizo los mismo con la otra al ver los rasguños con sangre que tenía, todo sin decir nada.
– ¿Cuál es tu nombre, chica? – volvió a preguntar el más alto mirando sus manos, "En verdad, eres alguien interesante".
– Hy‐... Hinata. – le respondió limpiando sus mejillas todavía húmedas. – ¿Y‐Y el suyo?
– Mmmh..., – Hinata esperó pacientemente algunos minutos, pero sin respuesta, y cuando estuvo a punto de decirle que no importaba, él pronunció: Puedes decirme Hanma.
– O‐Oh, pues, lo... Lo lamento de nuevo, Hanma‐san. – hablo dando una leve reverencia. – Y‐Yo me retiraré, espero regrese bien a su hogar, hasta luego.
La Hyūga bajó la mirada de nuevo y comenzó a caminar por donde originalmente el rubio venía, se colocó la capucha ocultando su azulado cabello y metió sus manos en los bolsillos de la chaqueta.
