--Bien hecho, rarita-- la regañó Chaeyoung antes de despedirse de Mina e irse tras Dahyun.

Sus amigas la miraban con decepción y la dejaron sola en su casillero. Sana no comprendía el por qué, pero se sentía como la mierda. Ya era de noche y antes de salir se observó al espejo, llevaba un lindo vestido negro a tiras de falda corta y brillante, que le llegaba por arriba de las rodillas; unos tacones, maquillaje, el cabello suelto, pero con algunos bucles y un collar de plata en su cuello. Se veía hermosa o eso le recordó todo este tiempo su padre, antes de salir.

Fue en el auto de sus padres y buscó a Hayoon a su casa. La chica también estaba linda. Estuvo todo el camino charlando con ella y cada tanto la rubia le recordaba a Sana lo hermosa que estaba. Al llegar al aparcamiento estaba repleto de estudiantes. Habían luces y música que provenían de la escuela. Le dio la mano a Hayoon y se encontró con Jihyo y su pareja, aquel chico del club de pesas, Richard.

--¡Sana-yah, estás hermosa!-- gritó lanzándose a abrazarla y la pelicastaña sonrió. --Tú también luces bien-- le dijo a Hayoon quien le sonrió.

Fueron los cuatro hasta la escuela, donde encontraron a Momo que iba en compañía de Heechul. Después de un rato, Sana dejó a Hayoon hablando con el chico y las tres se fueron a buscar a Mina.

--¿Dónde creen que esté?-- preguntó Momo, buscando entre la gente.

--Dios, Son la anotó-- comenzó Jihyo, silbando al ver a Mina Myoui.

La chica entraba al gimnasio con un vestido ámbar de encaje y el cabello en una coleta, llevaba maquillaje y se veía hermosa. A su lado, iba de la mano con Chaeyoung, que vestía igual a ella a excepción de que llevaba el vestido de color blanco. Les sonrieron a las chicas y fueron hasta donde estaban. Deslumbraban y parecían la pareja perfecta.

--Dios, Myoui, estás que ardes-- le dijo Momo y Mina sonrió por el cumplido.

--Cuidado, que mi chica es celosa-- dijo dándole un beso cariñoso en la mejilla a Chaeyoung.

--No, porque sé que eres mía-- respondió la animadora en un tono meloso y todas rodaron los ojos.

--Son pura miel-- comentó Sana y comenzó a buscar a Dahyun por el lugar.

--Te ves bien, rarita-- dijo Chaeyoung dándole un guiño, aunque al notar a la chica distraída, le volvió a hablar. --Ella aún no ha llegado.

Sana se sonrojó y se hizo la desentendida.

--No sé de qué hablas.

--Yo creo que si-- coreó Jihyo y las cuatro se rieron de la pelicastaña, quien se fue entre enojada y avergonzada.

Fue hasta la mesa de las bebidas y se sirvió un refresco. El gimnasio estaba muy bien decorado y en la mesa habían cupcakes de muchos sabores. Se veían deliciosos. Sana tomó uno de vainilla y estaba todo bien. Hasta que se giró hacia la entrada y allí estaba, Dahyun llegando con Tzuyu.

Su cabello peliazul estaba recogido en un moño elegante y parecía brillar bajo los reflectores. Llevaba maquillaje que le hacían sobresaltar los ojos marrones, haciéndolos parecer casi negros, que iban a juego con el vestido de ceda oscuro escotado. Parecía feliz y sexy. En sus muñecas llevaba varias pulseras de plata que casualmente combinaban con el collar de Sana. En general, las dos iban casi iguales. Sana tragó en seco y sentía las piernas temblarle. Contuvo la respiración cuando sus ojos se encontraron y Dahyun también parecía igual de sorprendida. Sus labios estaban entreabiertos mientras recorría a Sana de pies a cabeza, sin disimularlo siquiera. Al legar a sus ojos se ruborizó, aunque no apartó la mirada. Las dos duraron unos largos segundos observándose, hasta que un chico tomó a Dahyun de la mano y la llevó a la pista de baile. La peliazul  le sonrió con educación y aceptó, aunque sus ojos seguían viendo a Sana de reojo.

ʀɪᴠᴀʟᴇꜱ ꜱᴀɪᴅᴀWhere stories live. Discover now