Capítulo 9

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Era perfecto, simplemente perfecto.

 El fin de semana de Sana fue un asco, ya que estuvo todos esos días con un humor de perros, y para mejorarlo, el lunes tendría que comenzar su castigo.

 Debía de limpiar los grafitis de los casilleros y los baños de las instalaciones del instituto. Perfecto, era una maravilla. ¿Qué más podía suceder?

 Al llegar el lunes a la escuela, saludó a sus amigas y pensó que el día podría mejorar cuando comió un rico cupcake de vainilla, pero obviamente no iba ser así cuando la perra de Kim Dahyun apareció en el pasillo tomada de la mano de su novio.

 Sana prácticamente rechinó los dientes al verlos pasar.

 Dahyun vestía su uniforme de porrista y Eunwoo una camiseta sin mangas junto con un pantalón holgado, y con su cabello negro. Para la desgracia de la pelinaranja, los dos lucían bien juntos.

 --Fenómeno-- se burló Dahyun al pasar junto a ella.

 --Perra-- devolvió Sana captando la pequeña sombra asesina que habían en los ojos chocolate.

 Un chico de primero que salía corriendo hacía una clase pasó junto a ellos y Eunwoo lo hizo caer. Dahyun comenzó a reírse de él animando a los demás estudiantes del pasillo a burlarse.

 El pequeño niño se hundió en sus hombros y salió corriendo, Sana suspiró. Parecía que cada año Dahyun empeoraba más.

 --Cada año es más zorra-- comentó Mina, y Sana por un momento pensó que le había leído la mente.

 Después de clases y de haber cumplido con su asqueroso castigo, decidió ir a la biblioteca.

 Pensaba que encontraría a la peliazul allí, pero no fue así. Se sentó en la misma mesa de siempre, observando con decepción la mesa del fondo vacía. De alguna manera se sentía sola y terminó sin estudiar realmente, sólo mirando hacía el techo.

 Fue hacía las estanterías y comenzó a buscar un libro, no tenía ni idea de cual quería encontrar, pero sería alguno que le hiciera olvidar su asqueroso día. Terminó leyendo uno de Stephen King y prácticamente le ocupó toda la hora.

 Al terminar, lo volvió a guardar y se llevó otro diferente. Fue hacía la pequeña sala de estar, en la biblioteca tenían una en la cual habían dos pequeños sillones de dos plazas, formando un cuadrado alrededor de una mesita ratonera.

 Se recostó en uno de los sillones intentando leer su libro de biología, los párpados comenzaron a parecerle pesados, antes de darse cuenta cayo dormida. Después de un rato comenzó a sentir como alguien acariciaba su rostro y apartaba un mechón de cabello de su frente cuidadosamente, temiendo despertarla, provocando que Sana arrugara la nariz.

 Casi de inmediato sintió la perdida de la cálida mano en su rostro cuando esta se alejó rápidamente. Sana comenzó a parpadear y a restregarse los ojos, intentado quitarse el sueño. Escuchó unos pasos apresurados y un golpe.

 Al abrir los ojos y enfocarlos, se encontró con Dahyun quien estaba con los ojos abiertos y parecía haber tropezado sus piernas con el borde de la mesa y ahora se había caído sentada.

 Dahyun la contemplaba con una mezcla de horror y miedo. Sus mejillas estaban rojas, pero muy pronto para su gusto, recuperó la mirada irritada que la caracterizaba.

 --¿Qué tanto miras?-- preguntó levantándose y sacudiéndose la falda, llevaba una chaqueta de cuero encima que cubría su cuerpo bajo el uniforme, y a Sana le molestó saber a quien le pertenecía.

 --La pregunta es, ¿Qué haces tú aquí?-- dijo muy a la defensiva y rascándose la nuca, había estado teniendo un lindo sueño hasta que la despertó.

ʀɪᴠᴀʟᴇꜱ ꜱᴀɪᴅᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora