Capítulo 13

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Una semana después y se encontraba sentada en una de las mesitas de madera que había en la feria. Sus amigas se habían ido por algodón de azúcar y Sana se había quedado a cuidar el puesto.

El parque de diversiones era magnífico. Todas parecían estar pasándola bien, a excepción de Sana que llevaba todos estos últimos días deprimida.

Aún recordaba el rostro de Dahyun, tan roto y en verdad parecía muy golpeada por las palabras que le había dicho Sana.

La pelinaranja se arrepentía mucho.

Lo peor de todo es que después de aquella pelea se había encontrado con la peliazul. Al igual que otras veces, la había fastidiado con sus amigas, solo que había algo diferente.

Cuando la estaba insultando, no tuvo ni una vez la oportunidad de observar sus ojos fijamente, siempre parecía evitarlos o de alguna manera la insultaba desde lejos, sin querer acercarse.

Ya comenzaba a desesperarse, por que Sana quería ver ese color chocolate que le quitaba el aliento. Se sentía como una necesidad, una ridícula y patética necesidad de ver sus ojos para poder estar en calma consigo misma.

No había ayudado el nuevo pensamiento acerca de la peliazul: querer besarla.

La quería besar y eso la asustaba, era otra necesidad que le hacía temblar de pies a cabeza cada vez que la veía.

Observaba el rostro de Dahyun y sin poder evitarlo sus ojos se le iban a su boca, tenía los labios más hermosos del mundo y Sana solamente tenía unas desesperantes ganas de morderlos y besarlos hasta que le dolieran sus propios labios.

Suspiró, ¿Qué rayos le estaba sucediendo? No creía que fuera muy normal el soñar todos los días con la misma chica y desear besarla. Más si no era su amiga, más bien lo contrario.

Era la chica que le hacía la vida imposible y allí estaba Sana, suspirando por la pequeña peliazul.

Cada vez... cada vez las palabras de Dahyun hacían eco en su mente "¿No será que estás enamorada de mí?"

Y en verdad, Sana intentaba de convencerse de que no era así, imposible. No, era una locura.

--¿Sanita, estás bien?-- preguntó Mina, acercándose a su amiga. Llevaba una gorrita de pingüino en la cabeza, que había ganado en unos juegos.

--Sí, claro-- mintió de forma mediocre, sabía con antelación que si le contaba a sus amigas respecto a su problema, ellas comenzarían a delirar.

--¡Será divertido, vamos!-- ánimo Mina jalando a Sana y a Jihyo de las manos, hasta llegar a la atracción y montarse en ella.

Estaban bajándose de los carritos cuando vieron a lo lejos al grupito del salón, parecía la realidad despotricara sobre la suerte de Sana.

Todo le salía mal, y para joder más las cosas allí estaba Dahyun, igual de hermosa que siempre.

Llevaba un vestido negro y el cabello suelto en ondas, reía mientras iba de la mano con Eunwoo y entrelazaba su brazo con el de Chaeyoung.

Quería besarla, quería besarla y quería que la tierra se tragara a Eunwoo. Esa era una gran idea rondando en su cabeza.

Soltó un gran suspiro y tomó a Mina de la mano, quería alejarse de ellos como diera lugar.

--Minari, ¿Quieres ir a la montaña rusa?-- preguntó con una sonrisa a su amiga, ella parecía feliz.

--¡Claro!

--Vamos todas-- dijo alegremente Jihyo y las cuatro se fueron a la atracción, dejando a los otros atrás.

ʀɪᴠᴀʟᴇꜱ ꜱᴀɪᴅᴀWhere stories live. Discover now