Capítulo 33

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-O si no me hubieras llamado golfa- tomé mi bolso con molestia.

-Sabes que no dije eso- se excusó.

-Te faltó poco para ello, si me disculpas iré acostarme con algún otro amigo tuyo- salí de la oficina dejando atrás al chico.

Apenas era viernes, en Japon, algo debía hacer para no perder la cordura.

.

-Gracias por salvarme chicas- les hablé a Layla y Kika quienes dejaron a sus chicos un momento para consolarme.

-No hay de que boba- dijo mi hermana abrazándome con su brazo.

-No está tan mal sabes?- dijo Kika tomando de su batido- un mes y algo en Monaco, con eventos, hay un juego de tenis pronto, podemos ir los 4.

-Ves, no te aburrirás- dijo mi hermana apoyándome- Kika te salvará del bobo Leclerc.

-Yo sólo quería quedarme en casa contigo viendo alguna serie de amor- suspiré mirando las tiendas y restaurantes del lugar.

-Sobre eso...- dijo haciendo una pausa- Carlos me invitó a España con su familia.

-Quee!- dijimos Kika y yo al unísono llamando la atención de las personas a nuestro a alrededor.

-Solo en plan de amigos- dijo la rubia levantando un dedo- no piensen mal.

-Claro plan de amigos- la miré divertida y giró los ojos.

-Dudo que si quiere presentarte a su familia sea plan de amigos- Kika me apoyó.

-Bueno como sea- nos calló- el punto es que lo mejor que puedes hacer es irte con Charles a Monaco.

-Igual no tengo opción- bufé y Kika rió- amenazo con demandarme.

-Si suena a Mary- bromeó Layla- al menos estarás con Pascale.

-Es lo único bueno, y con Arthur, así podré sobrevivir esos días.

-Bueno Ayla, sin ánimos de que te molestes, no niegues que Charles aún está en tu corazón- me acusó Kika y lo pensé unos segundos.

-No, él salió de allí en el momento que se volvió un completo idiota y me dijo todas esas cosas en el club- dije decidida.

-Yo creo que aún sigue allí- dijo Layla ignorándome.

-Yo igual- le completó Kika.

-Las detesto- caminé un poco mas rápido y me alcanzaron riendo.

.

Luego de toda una tarde con las chicas volví a mi habitación ya en la noche, casi 10pm, estaba agotada, mental y físicamente.

Pasé mi tarjeta por el detector en la puerta y la luz verde se encendió, sonido que me daba paz ya que quería tirarme en la cama y dormir 12 horas.

Abrí la puerta y la cerré posteriormente, todo estaba oscuro.

-No recuerdo haber dejado las luces apagadas- dije para mí confundida.

Di con el apagador y presioné el botón iluminando el lugar, como también al chico que se encontraba tranquilamente dormido en mi cama.

-Leclerc- grité sin entender que sucedía.

Este ni se inmutó sino que por el contrario se acomodó mejor en la cama. Tomé la almohada a un lado de él y comencé a golpearlo con esta, hasta que varios golpes después se levantó con molestia.

-Que te pasa, estás loca?- preguntó al verme, arreglando su cabello.

-Que te pasa a ti? Que haces en mi habitación?- solté la almohada con molestia.

Fingiendo no amarte • Charles Leclerc Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt