Frialdad [Hannigram]

Parte 4

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Era un estúpido por estar obsesionándose por todo este asunto, no tenía que importarle, no tenía que molestarle... Después de todo por fin tenía la paz que tanto quiso desde que el doctor Lecter se había involucrado en su vida, ¿Entonces por qué le molestaba tanto?

¿Vanidoso? Él no era nada vanidoso... Hannibal se había equivocado.

— ¿Profesor Graham? Profesor...

Will se despertó de su trance.

— Te escucho.

— Oh... Es que lo llamé cinco veces y no respondía. - Dijo uno de sus alumno mientras lo veía con timidez.

— ¿En que puedo ayudarle?

— Solo quería entregarle el informe que nos pidió la semana pasada... Es que terminó la clase y nunca lo pidió.

— Oh... - Will estuvo apuntó de cerrar  sus ojos con frustración, últimamente olvidaba muchas cosas por estar pensando en... -  Lo revisaré luego.

— Gracias profesor, yo... Debe estar trabajando en un caso grave, ¿eh? Para lograr distraerlo tanto...

— Es un tema clasificado. Si no tiene nada más que decirme acerca de la clase.

— Hasta luego. - el alumno se alejó de su escritorio y Will pudo suspirar.

Recogió sus pertenencias y se fue a la oficina de Jack, estaba llegando cuando vio a Hannibal salir de la oficina de Jack, lo miró desde lejos y sabía que estaba mal lo que iba hacer, era si lugar a duda la peor idea que podría tener... Era espeluznante y... Simplemente siguió sus pies.

Estaba siguiendo a Hannibal Lecter y no se sentía orgulloso de eso pero quería ver qué hacía el doctor.

Lo vio entrar a una tienda y lo siguió, entró a la tienda y pudo mirar a Hannibal escogiendo un vino. Bien, sabía que solía hacer eso el doctor.

Will calló la pequeña voz en su mente que decía que estaba actuando mal, que debía voltearse e irse.

Sintió sus mejillas arder al recordar a Hannibal contarle de un paciente que solía espiarlo mientras compraba queso, en ese momento le había parecido tan divertido pero... Él no estaba menos desesperado que ese paciente por la atención de Hannibal.

Patético.

Vio al doctor pagar la botella de vino y salir de lugar, le siguió pero no fue hasta su casa, Hannibal detuvo su auto enfrente de una hermosa casa y ahí fue que la vio.

Había una hermosa mujer rubia que esperaba a Hannibal en el borde de la puerta la reconoció. Vio como Hannibal le entregaba la botella y la cabeza de Will palpito de puro coraje.

Con que era ella la que robaba la atención del doctor. ¿Eh?

Encendió su auto y se marchó.

No sin antes que unos ojos observarán su auto.

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— No, no, no... Nada esto me ayudara con mi meta. - Will lanzaba ropa por doquier.

Nada en su guarda ropa terminaba agradandole.

Al final terminó saliendo a comprar nuevas prendas.

Cuando regreso a casa pensó que quizás se había pasado un poco, después de todo pensó en un par de prenda y termino comprando un nuevo guardarropa.

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La próxima vez que se topó con Hannibal, el doctor solo le dió una rápida mirada aún cuando llevaba su ropa nueva y nuevo corte de cabello hasta había comprado una nueva loción.

Lo habia perdido, lo había perdido... Aunque no puedes perder nada que no sea realmente tuyo y Hannibal... Lamentablemente nunca le habia pertenecido, él simplemente siempre había rechazado cualquier movimiento.

Se rió internamente, Hannibal tenía razón, era un vanidoso que siempre pensó que tendría la atención de  Hannibal sin importar cuántas veces lo rechazara... Que siempre estaría ahí para abrazarlo y consolarlo luego de cualquier ataque de ansiedad y...

— Agente Graham - Dijo Hannibal nada más Will entro a su consultorio, tendió un sobre blanco.

— ¿Que es eso? - preguntó Will mientras tomaba el sobre.

— Es la carta al psiquiatra que has sido remitido.

Will miró a Hannibal con los ojos abierto.

Esto... ¿Esto era todo? Si dejaba la consulta de Hannibal... Él ya no tendría ningún motivo para ver a Hannibal.

Sentía que su tráquea se cerraba y sus pulmones dejaban de funcionar...

— Will... ¿Estás bien? - Hannibal se acercó y tomó una de las manos de Will para cogerle el pulso.

Will apretó la mano de Hannibal, el doctor se veía muchísimo más sexy de cerca, podía ver sus pestañas rubias... Los labios de Hannibal estaban fruncidos de una extraña forma.

Lo besó y de pronto sintió sus pulmones funcionar.