Capítulo 1

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Después de 3 semanas en la cama de un hospital, privada de algún movimiento y torturada por las constantes preguntas de mis padres, llegó el día que por fin pude salir y regresar a la comodidad de mi habitación, a ese sitio únicamente mío, dónde podría alejarme de todos los problemas de mi alrededor e ignorar al mundo entero.

Después de firmar los papeles de alta y verificar que todo estuviera en orden camine a lado de mi papá a nuestro auto sin decir una palabra. La tensión se hacía notar a kilómetros en los últimos meses entre el y yo, aun así él intentaba arreglar nuestra relación como padre e hija, no me apresuraba por hablar con él o por darle una nueva oportunidad, a veces simplemente se quedaba en silencio y me sonreía con la esperanza de que yo hiciera lo mismo, y este día no fué la excepción, solo que hoy, después de un largo tiempo y de creer que no me volvería a ver jamás dejaban notar una sonrisa distinta, una mezcla de agradecimiento y dolor que lo dejaban sumergido en el río de sus pensamientos y yo no hice el intento por sacarlo de ahí. 

Durante el transcurso a casa, miraba a través de la ventana como pasábamos el hospital, como a nuestro alrededor las casas y aquellas calles llenas de niños jugando pasaban a gran velocidad quedando detrás de nuestro camino, como en un efímero momento desaparecen para dar paso a otras calles y más niños correteando por las calles y gritando.

-Tenemos que hablar.-Dijo serio.-Tarde o temprano tenemos que hacerlo Violette, ha pasado mucho tiempo sin que lo hagamos, no se que es lo que piensas, lo que te duele, no se como hablar con mi hija.

La voz de mi padre me desconcentró por completo de mis extrañamente tranquilos pensamientos; no quería hablar, no quería escucharlo, pero tenía que hacerlo y evitarme problemas, simplemente tenía que enfrentarme a la realidad.

- ¿Por qué no vino mamá? ¿Está sentada viendo a través de la ventana como pasa el tiempo?

Mi voz era apagada, incluso para mí, con mi sentido sarcástico siempre reluciente pero hoy no había fuerza alguna en ella, mis cuerdas vocales se encontraban en un estado mortecino, adormecido junto a mi amargo sarcasmo.

-No lo sé Violette. Me pidió quedarse en casa, quería preparar algunas cosas, arreglar la casa y recibirte bien, crear un lugar cómodo para tu regreso, a parte quería hacer una gran cena, ya sabes como es ella con la cocina, tal vez cocine una tarta.

-Me sorprende el nivel de hipocresía que un psicólogo puede llegar a tener dicen ser sinceros pero las mentiras salen de ellos con naturalidad.

-¿Y eso a qué viene?.-Comentó con los ojos abiertos.- No creo que las mentiras se relaciones con una tarta.

-No te creo, no creo que se quedara en casa por una tarta, es más, no creo que la hayas visto en estos días.

-Bueno si hablamos de psicólogos, a mí también me llega a sorprender lo falsos e hipócritas que algunos llegan a tener con sus pacientes, lo bueno de esto es que no estoy en mi papel de psicólogo, si no en el papel de padre y no tengo motivos para mentirte.

-Al fin y al cabo contigo es lo mismo papá, mentiras fuera y dentro de tu profesión, es lo que mejor sabes hacer.

El comentario salió más frívolo de lo que espere, escuche mis propias palabras y hasta a mí me destruyeron aun sabiendo que yo las había dicho y no eran para mi.

-Violette, no sé qué es lo que te pasa, de verdad te queremos ayudar, no te cierres a ello por favor, tu orgullo está hablando, tu rebeldía juvenil y los últimos acontecimientos familiares, no te pido explicaciones y mucho menos te regañare, No quiero perderte, no otra vez por ahora sólo busco ser para ti más que un padre, un buen amigo y salir juntos adelante, quiero apoyarte hija, quiero volver a conocerte.

PsychoLoveWhere stories live. Discover now