Butterfly Effect' Anakin Skywalker

-𝐅𝐢𝐯𝐞

-𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐟𝐢𝐯𝐞

Me encontraba en mi planeta de origen, Tatooine, tenía al rededor de 9 años, estaba caminando por las afueras de mi hogar, descansando del ardúo día que había tenido.

-¡Maldita sea Kaitlyn!¡Ven aquí niña malcriada!.

No por favor, otra vez no...

-Kaitlyn, ¿cuantas veces tengo que repetirte que hagas lo que te digo?.-Su rostro demostraba tanto desprecio y arrastraba sus palabras, era obvio que estaba borracha.

-Mamá... ¿Otra vez bebiste?-suelto por lo bajo con temor.

-¡Y a tí que carajos te importa si he bebido o no! ¿O qué harás? ¿Le dirás a tu padre?. Oh es verdad, ¡Está muerto!.- menciona esa última parte con una carcajada.

¿Como puede hablar de esa forma? soy su hija...

Al escucharla mis ojos se llenan de lágrimas y la rabia se apodera de mí.

-¡¿Como puedes hablar así de él?! ¡No tienes ningún derecho de hacerlo!

De pronto estampa su mano contra mi mejilla, dándo vuelta fuertemente mi cara hacia un costado.

-¡Eres una insolente, igual de inútil que tu padre!, hazme el favor y se útil con algo por una vez en tu vida.-dice eso con desprecio.

Me despierto completamente exaltada y me siento en la cama, mi respiración incontrolable y completamente acelerada, el sudor recorriendo mi cuerpo y una sensación horrible de angustia inundó mi pecho, no había recordado a mi madre hace tanto tiempo... Y hacerlo en un sueño no era lo mejor, era tan solo una niña cuando ella me maltrataba de esa forma, desde que tengo memoria ella ha sido así conmigo, durante toda mi vida sentí que era mi culpa el que ella me tratara así. El reloj marcaba las 05:45 de la madrugada, no creo poder volver a dormir, todo rastro de cansancio y somnolencia que tenía se lo llevó ese sueño.

Me levanto de la cama para ir al baño y lavarme la cara, el agua fría choca con mi rostro creando una sensación relajante, levanto mi rostro y me observo en el espejo, hoy no me veía tan mal como otros días, no habían ojeras ni tenía una expresión de cansancio, mis mejillas estan algo rosadas al igual que mis labios, y mi cabello está algo enrededado, pero no hay nada que una buena cepillada no arregle. Agarro mi cepillo y lo paso suavemente por mi cabello, al hacer eso noto por el reflejo del espejo del baño, que hay una nota en mi escritorio.