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DIEZ AÑOS habían pasado desde la noche en la que Adhara Potter quedó huérfana al igual que su hermano. Aunque ambos quedaron al cuidado de sus tíos, Petunia y Vernon Dursley, unas personas horribles y poco tolerables desde la perspectiva de Adhara.
Después de todo los habían hecho vivir bajo una alacena hasta los nueve años cuando vieron que ambos niños ya no cabían en el lugar y se vieron obligados a darles una habitación para que descansaran como cualquier persona.
Adhara deseaba haber tenido más familia o que sus padres hubieran dejado como sus tutores a mejores personas pero quizás no pensaron que serían tratados así, como si no valieran nada o como si fueran una carga, por qué así los trataba su tío Vernon, como si estuvieran obligados a cuidarlos.
Fácilmente pudieron mandarlos a un orfanato y se liberaban de ellos, tal vez ellos habrían sido más felices. Adhara juraba que cualquier lugar era mejor que esa casa.
Unos violentos toques en su puerta la hicieron brincar en su lugar por lo que suspiro, era hora de su tortura diaria.
── ¡En unos minutos bajamos! ── respondió al violento llamado para girarse a su hermano que dormida como bebé ── Harry... Harry despierta ── susurraba tiernamente en su oído a lo que el castaño se giro intentando dormir ── Jaime despierta por favor ── comenzó a moverlo por lo que el niño se despertó de mala manera.
── Buenos día Adhy ── le regaló una sonrisa a la peli-negra, la cuál se alejo para ponerse su único par de zapatos, los cuales eran azules.
── Buenos días Jaime ── les respondió antes de girarse a verlo ── Levántate tenemos que ayudar con el desayuno ── salió cerrando la puerta para bajar las escaleras de forma apresurada.
Un escalofrío se hizo presente cuando paso por aquella alacena donde vivió casi todo su infancia, por no decir que literalmente fue toda. Hizo una mueca para seguir con su camino a la cocina donde estaban sus tíos y su caprichoso primo.
── Bueno días tío Vernon ── recibió un gruñido como respuesta ── Buenos días tía Petunia ── una sonrisa, más una mueca fue su respuesta ── Buenos días Dudley ── el niño solo asintió para seguir con sus pancakes.
A veces se preguntaba cómo era posible que fueran familia ellos eran tan... Tan salvajes... Cómo si no tuvieran cerebro, demasiado estúpidos era la palabra adecuada.
── Voltea el tocino y termina el jugo ── Adhara asintió para realizar lo ordenado.
Volteo el tocino con dificultad pues no alcanzaba la estufa a su perfección, no como su hermano Harry el cuál tardo varios minuto en bajar para ayudarla con el tocino.
Susurro un pequeño gracias para irse a hacer el jugo.
Se subió al pequeño banquito que tenía en la cocina para comenzar a cortar las naranjas y comenzar a exprimirlas en una pequeña jarra.
