—Es lo que necesito, estando aquí no conseguiré nada. —dijo con voz rasposa y cansado.

—¿No es suficiente todo lo que te he dado? ¿No soy lo suficiente para ti? Tenemos un hijo, Taehyung.— Le reprocha enojado.

—Seguiré junto a DaeYang, no dejaré de ser su padre, además no se trata de eso, solo que ya no soy feliz aquí.

—¡Antes de entrar a ese maldito trabajo eras feliz Taehyung!— Soltó con molestia sintiendo como su alma se desgarraba.

—Me iré de casa lo más pronto posible, no quiero seguir dándoles problemas.

Jungkook no quiso responder, solo vio a Taehyung irse a la pequeña habitación de invitados que había en el fondo del pasillo, el llanto comenzó a ganar la batalla, la tristeza se apoderaba por completo de él y la lágrimas empapaban sus rojas mejillas, no entendía como nunca se dio cuenta de que su relación se había deteriorado a tal punto de no encontrar solución a lo que Taehyung le pedía, ese sentimiento de no ser lo suficiente para él le apretaba el corazón y lloraba.

Lloraba por sentir tanto amor por alguien que ya no lo amaba y el nunca quiso quitarse la venda de los ojos.

—¿Papi?—Habló el pequeño acercándose —¿Por qué papá Taehyung se irá de casa?

—Cielo.—En su mente se libraba una batalla enorme.

¿Cómo le explicaría al pequeño que ya no serían una familia? Cómo le diría que su padre se iría de la casa y que ya no volvería.

—Papi Taehyung se irá de casa porque tiene mucho trabajo.—Le dijo y luego le llamo con su mano. —¿Recuerdas que Papi ahora trabaja en un hospital?— El infante asiente acariciando la mejilla de su padre —Bueno, papá Taehyung tiene muchísimo trabajo y por eso debe irse de casa, tiene que salvar muchas vidas y ayudar a muchas personas.— Le sonríe y toca con cariño la nariz del pequeño.

—¿Papá se irá a vivir al hospital?

—Algo así.— Suspira y el pequeño castañito limpia las lágrimas que caían por las mejillas de su padre.

—¿Ustedes se van a divorciar?— Pregunta con inocencia —Beomgyu dijo que su papá se fue de casa, que tenía otra novia y que se iba a divorciar de su mamá para casarse con la otra señora.— Soltó toda esa información dejando atónito a su padre.

A pesar de tener apenas seis años, DaeYang sabía y observaba todo lo que a su al rededor sucedía.

—Ese amiguito tuyo es un chismoso, no debería contar los secretos de sus padres. —Le sonríe Jungkook evitando la pregunta de su hijo —Ya es tarde y mañana debes ir a la escuela.

—¿Puedo dormir contigo hoy? El monstruo del armario otra vez está observándome. —Dice el pequeño haciendo un puchero y abrazando el conejo de peluche que traía.

—Claro que sí, luego le diremos a papá que se encargue de ese feo monstruo.

Jungkook tomó a su pequeño en brazos y caminó hasta la habitación, la cama estaba vacía, le dolía el alma. Se acostó arropando a su pequeño junto a él, quien cerró sus ojitos y se quedó dormido de inmediato, se quedó viéndolo y más le dolió el corazón solo pensar que Taehyung se olvidaría de él.

Daeyang adoraba a su padre, era su admiración y temía que le rompiera su pequeño corazón.

Cuando Taehyung se marchó, Jungkook sintió que todo el mundo se caía a pedazos sobre él, fueron días en donde no comía y el único apoyo eran su hermana que a pesar de vivir en otro país estaba al pendiente de ellos, su padre y por supuesto el pequeño DaeYang, a medida que los días pasaban sentía que la tristeza nunca se iría por completo de su alma.

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