.Preguntas y un video.

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Jennie miraba las calles y autos pasar por el cristal del vidrio, rememorando su espléndida noche con la tailandesa de ojos castaños.

Nunca antes había experimentado el sexo con ese extraño sentimiento que le provocaron los toques de la mujer, como erizo su piel y subió su temperatura con simples caricias.

No quería catalogar lo que paso con algo mas profundo, para ella y en su mente, solo fue buen sexo.

Miro a su conductor designado con curiosidad.

¿Como es que llego a trabajar para lisa?.

Se acomodó por quinta vez en el asiento, le dolía levemente la entrepierna, el solo recordar la razón la hacía suspirar.

Se concentro en el joven.

- ¿Como te llamas?.

- Hyunjin, señorita. - respondió con tranquilidad.

- ¿Trabajas para lisa?. - el joven asintió. - ¿Que haces?.

El pelinegro lo pensó un momento. - Soy chofer.

A jennie no le convenció el tono que uso. Quería saber más, no sabia porque pero necesitaba respuestas.

- Pero el chofer y asistente de lisa, ¿es felix no? - se inclinó en su lugar.

- Soy el chofer de reemplazo, cuando Felix tiene otros tramites yo llevo a la señorita manobal. - dijo nervioso.

- Creí que el segundo que cuida de lisa era ese otro tipo, el castaño de aquella vez.

- No es así, Señorita.

- Vale. - dijo jennie, mirando al joven de perfil. Sabia que mentía, era obvio. Pero ¿Por que?.

- Señorita Kim, lamento nuestro primer encuentro, estuve mal y lo siento.

- Esta bien, lisa te dio tu paliza de todas formas. - dijo a broma.

Sin embargo el joven se tenso al recordar cuando despertó atado y adolorido, claro que luego de eso su vida mejoro un poco, lisa le dio dinero suficiente para las medicinas de su madre.

Por eso siempre estaría agradecido y en deuda con la mujer, fue la única que a su manera, lo ayudo a salvar a su madre.

- ¿Estas bien? - dijo la castaña al ver que el joven no avanzaba, perdido.

- Oh si. - volvió a conducir. - se que sonará raro, pero tratar de robarle ese bolso fue lo mejor que me a pasado en mucho tiempo. - sonrió.

Jennie lo miró estupefacta. ¿Lo decía enserio?.

Iba a preguntar pero el auto se detuvo y el joven bajo. Camino hasta la puerta de la castaña y la abrió para ella. - Que descanse señorita.

- Igual, adiós. - sonrió leve y camino al edificio, el portero abrió la puerta por ella y pidió su ascensor.

Jennie subió a su departamento, se tumbo en su cama con los ojos cerrados.

- ¿Quien eres lalisa manobal?.

Se cuestiono en voz alta, sin respuesta evidentemente, suspiro pesado y se levantó a asearse.

Camino al baño y se dio una ducha, agotada por la noche tomo su teléfono y busco el perfil en internet de lisa y cuando lo encontró sonrió satisfecha.

¿Quien diría que esa carita sería tan buena con otras cosas?.

Se puso su pijama liviana para dormir y cayo rendida a Morfeo.

***

Una tailandesa se alistaba junto con su equipo para entrar al deposito donde la policía incauto su dinero.

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