𝐀 𝐂𝐎𝐔𝐑𝐓 𝐎𝐅 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 𝐀𝐍𝐃 𝐅𝐄𝐀𝐋𝐓𝐘 | Rhysand

☪ 𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 6 ↪ 𝗟𝗮 𝗟𝗮𝗱𝗿𝗼𝗻𝗮 𝘆 𝗟𝗮 𝗖𝗶𝘂𝗱𝗮𝗱 𝗧𝗮𝗹𝗹𝗮𝗱𝗮

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〣 :: Capitulo 6 :: 〣

° La Ladrona y La Ciudad Tallada °

No había mucho que Galadriel hubiera tenido la intención de empacar para irse. Corrió sin nada más que la ropa de su espalda y el hollín en los adornos de su vestido del sótano sin uso en el que se escondió. Pero Helión insistió en que tomara algunos de los vestidos que le ofrecieron en las cortas semanas de estadía como último recurso, extensión de su agradecimiento.

"Los colores podrían iluminar la Corte Nocturna", había dicho también, mirando primero el vestido que sostenía y luego su cabello, que era igualmente claro. Rhysand, Cassian y Azriel estaban vestidos de negro de pies a cabeza y, aunque Galadriel estaba segura de que había otros colores en sus guardarropas, estaba claro que la oscuridad reinaba en la corte de la noche.

A Rhysand y Azriel se les dio una habitación cada uno para pasar la noche, por lo que ella pudo arreglar cualquier cosa que necesitara. Después de la cena no había hablado con ellos y ellos tampoco habían hecho ningún esfuerzo por acercarse a ella. Galadriel estaba segura de que Rhysand, a pesar de su carácter bravucón, estaba al menos un poco molesto por su actitud hacia él. Pero ciertamente no tan molesto como ella. Galadriel hirvió a fuego lento en su baño ante la imagen de esa chispa altiva y la sonrisa torcida de sus labios.

¿Ese era el Gran Lord de Azriel? ¿El Gran Lord al que prestó sus servicios? "Bastardo arrogante y podado", dijo furiosa, golpeando con dureza la cálida superficie del agua. No hacía tanto calor como si hubiera entrado de inmediato, pero los baños siempre le tomaban algo de tiempo para entrar.

Hubo muchas historias sobre él, ninguna de ellas agradable. Galadriel no había pensado mucho en ellos, confiando ciegamente en Azriel. Después de todo, él le salvó la vida. Ella le debía esa confianza y, sin embargo, él pagó mucho por ella. Supuso que eso también terminaría. La pequeña y agradable adición a su cuenta cada semana que le permitía conseguir más telas e hilos de los que una doncella debería poder permitirse.

Las puntas de sus dedos estaban entumecidas por los años de coser, la punta de la aguja los pinchaba constantemente hasta que sentía como si estuviera usando un guante.

La punzada de sinceridad que sintió por la oferta de Rhysand se desvaneció ahora que lo que la atraía no era el giro de su tono. Probablemente la convertiría en su asistente personal, la enviaría a tareas que le harían perder el tiempo y le recordaría constantemente que ya no estaba donde debería estar. Recordando por qué estaba allí. Pero Galadriel se negó a avergonzarse de su elección.

Salió de la bañera, se envolvió en una toalla color melocotón y se aventuró de regreso a su habitación privada. Se puso un camisón y se recogió el pelo en un moño para pasar la noche, y aún pasó otra hora antes de que el sueño llegara y la reclamara con una encapsuladora mano negra.

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"¿Eres una ladrona o simplemente olvidadiza?"

Azriel y Rhysand, que estaban vestidos tan impecablemente como el día anterior, miraron a Galadriel confundidos mientras Helion se cruzaba de brazos. Sus hombros cayeron, sabiendo exactamente a qué se refería. Y ella esperaba salirse con la suya. "Tienes los sentidos de un halcón cazador", se burló, abriendo la cartera color crema a su lado donde estaban cuidadosamente doblados tres vestidos, así como un libro que deliberadamente no devolvió a la colección privada de Helion. Galadriel se aferró al libro encuadernado en cuero que contenía algunos de los hechizos más extraños jamás registrados en la historia de Prythian y lo sacó de su bolso. Fue una lectura interesante, pero sólo había llegado a la mitad. Ella lo puso en la palma de su mano que esperaba. "¿Perdóname?"