A Brad Pitt FanFiction
Brad Pitt x FemOC!
HAY CONTENIDO NO APTO PARA TODO EL MUNDO.
★arrebol: color rojizo que se observa en las nubes al ser iluminadas por los rayos del sol.
«¿quién era ese»
«[...] no lo...
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chapter six: where she was «donde estaba ella»
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DANIELA Y BRAD HABLABAN TODOS LOS DÍAS. Ella cada vez estaba más distraída de lo que hacía y más de una vez le había puesto el pedido incorrecto a algún cliente. Normalmente, nunca había tenido ninguna distracción a la hora de trabajar, pero esto era distinto. No podía parar de pensar en ese día hacía un mes, cuando Brad Pitt apareció delante de la cerrada puerta de El Asturiano. Cuando su familia volvió, les tuvo que contar toda la trola de que no había tomates y todo eso... Al principio sus padres desconfiaron un poco, pero luego acabó por convencerles. O eso creía ella. Lo que no sabía es que todo este mes, habían estado intentando sacarle a Alejandro que había pasado realmente el sábado, porque una cosa así no se la creía nadie.
Alejandro había estado un poco nervioso porque sabía que si les confesaba todo, estaba perdido. Tanto Daniela como él. Así que, había decidido plantarse delante de la habitación de Daniela.
-Dani -llamó-. Dani, ábreme, por favor.
Daniela apareció delante de él, con una cara de molestia.
-Qué quieres -dijo, con aire de acosadora de colegio (el chicle que estaba comiendo no ayudaba)
Después de que Alejandro se dejará caer pesadamente en el puf de la habitación, empezó a hablar.
-Creo que deberíamos decirles a mamá y a papá lo que pasó realmente el sábado.
-No -negó Daniela, tajante- ¿Estás loco? Tú mismo lo dijiste. ¡El marrón nos caerá a los dos!
-Ya, pero... -Alejandro se quedó en silencio-. Es que mamá y papá no dejan de preguntarme qué pasó el sábado. No se lo tragan.
Daniela se asustó.
-No me jodas... -murmuró para ella-. Tú no les has dicho nada, ¿no?
Antes de que a Alejandro le diera tiempo a negar, alguien habló desde la puerta.
-No, pero ya nos estáis contando que pasó -Daniela, tiesa, se giró para encontrarse con su madre apoyada en el marco de la puerta y a su padre detrás.
ESA ESPECIE DE INTERROGATORIO ERA CADA VEZ MÁS INCÓMODO. Llevaban cinco minutos en la sala de estar, sentados frente a frente, sin decir nada.
-A ver, qué ha pasado -dijo Carmen, con decisión-. Venga, hablad.
Daniela no miró a su hermano, pero sabía lo que iba a pasar: Alejandro sabía guardar secretos, pero frente a sus padres tenía un límite. Estaban perdidos.
-¿Por las buenas o por las malas? -preguntó Carlos, tranquilo.
Daniela sintió como su hermano cogió aire, y, medio muerta, escuchó como su hermano voceaba.
-¡Daniela el otro día tuvo una cita con alguien muy especial pero la daba cosa deciros que no iba a ir a la residencia con vosotros así que nos inventamos todo eso para que pudiera ir! -cuando paró, cogió una gran bocanada de aire y susurró-. Perdón, Dani -esta simplemente le cogió la mano y se la apretó como gesto de disculpa.
Su madre la miró extrañada.
-¿En serio? -dijo, con una expresión indescifrable.
-Si...
-Mira, te lo perdonamos si nos dices quién es.
Daniela levantó la cabeza de golpe y miró a su madre impresionada. ¿La verdad se la creerían?
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