-':꒰⿻; ʀᴇᴄᴜᴇʀᴅᴏs ᴅᴇ ᴀᴍᴏʀ *ೃ༄

사랑의 추억

Jimin y Michel se conocieron en un pequeño café en el corazón de la ciudad. Él, un músico callejero con una sonrisa que iluminaba las calles; ella, una artista con un espíritu libre que encontraba inspiración en cada rincón. Un día soleado, mientras Jimin entonaba melodías que parecían nacer del alma, Michel se detuvo para escuchar. Su voz resonaba con la letra de una canción que hablaba de amor y recuerdos.

Esa tarde, entre acordes y miradas, sus mundos se cruzaron. Había algo en la forma en que sus ojos se encontraron, como si el destino los hubiera entrelazado en un momento eterno. Jimin cantaba, y Michel se perdía en las letras que parecían escritas para ellos.

El café se convirtió en su lugar especial, donde el aroma del café se mezclaba con la música y sus risas. Se encontraban allí, compartiendo historias, sueños y canciones que hablaban de amor y recuerdos. Cada palabra parecía encajar perfectamente en la melodía de sus vidas. Sin embargo, como las estaciones cambian, la vida también dio un giro inesperado.

Circunstancias separaron sus caminos, llevándolos por senderos distintos. Pero el amor que compartieron no se desvaneció, se quedó arraigado en sus corazones como una canción que nunca olvidarían.

Años después, en un día de melancolía, Michel se encontró recordando aquellos momentos en el café. Recordaba la voz de Jimin, la forma en que su música llenaba el lugar y cómo sus ojos transmitían historias sin palabras. En un acto de nostalgia, buscó en su corazón y recordó las letras de esa canción que parecía escrita para ellos.

En ese momento, algo mágico sucedió. Una melodía familiar flotaba en el aire, una guitarra sonaba a lo lejos. Al girar la esquina, Michel se encontró con Jimin, quien había estado tocando sus canciones en ese mismo café, aferrado a la esperanza de que algún día ella regresara. Sus miradas se encontraron, y el tiempo pareció detenerse. No hicieron falta palabras; sus ojos se dijeron todo lo que habían guardado durante tanto tiempo. Y mientras Jimin cantaba la misma canción que los había unido años atrás, Michel supo que, a pesar del tiempo y la distancia, su amor siempre estaría ahí, resonando en cada nota y viviendo en cada recuerdo compartido.