Capítulo #4 "Mi Jefe es un Bastardo"

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Capítulo #4 "Mi Jefe es un Bastardo"

Se acerca más a mi cuerpo y sé que transpiro miedo, puro terror. Intento articular palabra, pero mi voz es incapaz de salir.

-¿Acaso disfruta mirar?–me dice al oído, con voz escalofriante–.

-N-no soy. No soy u-na m-mirona–respondo tartamudeando, y me odio a mí misma por hacerlo–.

-Pero estaba espiando, ¿ha visto lo que le hice a esa mujer?–se acerca más a mí, colocando sus manos a ambos lados de mi cabeza–.

-Entonces... ¿Qué va a hacerme?–trato de mantener mi voz firme, pero fracaso–.

Debo calmarme... ¡Cara, mantén la calma!, me repito constantemente en mi interior. Giro mi rostro hacia él y mantengo mi mirada con la suya. Sus ojos son de un rojo carmesí, enmarcados por unas sombras oscuras y venas ennegrecidas en sus pómulos; los cuales me escudriñan con interés. Me armo de gran valor para hacerle frente con tranquilidad o por lo menos intentarlo.

-¿Beber también mi sangre hasta convertirme en otro cadáver para mantenerme callada?–fórmulo con fingida valentía–.

-¿Cadáver?– pregunta con diversión, mientras sonríe. Mis ojos caen directamente en esos colmillos–.¿Cuál cadáver? No he visto alguno aquí–riéndose maliciosamente–.

-¿Eh?–digo confundida–.

Lo observo desconcertada. ¿Me está tomando por tonta? Sé que asesinó a esa mujer que sigue yaciendo en su escritorio. Me toma del brazo y se dirige hacia el cuerpo inmóvil.

-¿Quiere sentir al supuesto cadáver?–me dice con indiferencia, agarrándome con firmeza–.

-¡No!–digo exaltada percatándome hacia donde me lleva, tratando de liberarme de su agarre en vano–.

-Siente–ordena, acomodando mi mano encima del pecho izquierdo de la mujer desnuda–.

Siento el latir de su corazón, está viva... Y su cuello no tiene mordeduras, solo vestigios de sangre.

-Para vivir solo necesitamos un poco de sangre humana–aclara soltando mi mano y pasándosela por el cabello revuelto, evidencia de la lujuria vivida–.A diferencia de ustedes, nosotros no podemos comer nada y evitamos–me toma del rostro para que le observe–las muertes inútiles. Los vampiros somos un clan de alta alcurnia y clase; por lo que jamás cometeríamos un acto tan estúpido como ustedes, humanos. Los cadáveres resultan una... molestia.

¡N-no es posible! ¿Son reales? ¿Verdaderos...? Vampiros... ¡Vampiros! Me alejo instintivamente.

-¿Tiene miedo de mí, señorita Greace?–sonriendo con un brillo de maldad en la mirada–.

Me toma de la cintura y me acerca a su cuerpo. Sus ojos han vuelto a la normalidad y no queda ningún rastro de sangre en sus labios.

-¿Por qué podría tomarla como mi próximo aperitivo, acaso? Sabe...–acercando su boca a mi oído, me susurra–. ¿Ve su rostro?–refiriéndose a la mujer, aún inconsciente–. Observe su expresión.

Tiemblo en sus brazos cuando recorre mi cuello captando mi olor. Me agarro a sus bíceps, ¿qué diablos me sucede? Siento un calor abrasador de repente entre las piernas.

-En el momento del éxtasis...–regresa su recorrido por mi oreja y la mordisquea–. La sangre femenina adquiere un mejor sabor. Cuando las toco–me acaricia el rostro con una mano, mientras sigue pegando mi cuerpo al suyo con la otra–. Su sangre se convierte en el mejor de los vinos...–suelta mi cabello–. Y después, cuando clavo mis dientes en sus hermosos cuellos– tocando con sus dedos mi garganta–alcanzan la cima del placer. Es tan intenso que se quedan sin aliento, por lo que solo recuerdan mis caricias y no recuerdan que bebo su sangre–toma mi mano y muerde mi dedo índice–.

My Boss is a Vampire!Where stories live. Discover now