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En su vida, creyó fijarse en alguien literalmente, mayor que ella

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En su vida, creyó fijarse en alguien literalmente, mayor que ella. Sin embargo, ahí estaba, sonriendole traviesamente mientras movía sus caderas al compás de la música emergida en aquella discoteca. JungKook desde el otro lado, intentaba distraerse mlrando hacía cualquier lugar que no fuera JiSoo. Era difícil no pegar sus ojos en ella, esa mocosa había sido su punto débil desde que, arribó nuevamente Seúl.

¿Cómo es posible sentirse atraído a una muchacha diez años menor?. Estaba a punto de cortarse el maldito pene, no podía siquiera quedarse abajo ni un minuto. Roseanne, se acercó a él y sonrió apenas cruzaron miradas.

—Sal a divertirte, Jeon. Pareces un anciano sentado ahí.—regaña tomando su mano en señal de levantarlo.

—No molestes, Rosie—dice bebiendo un shot de tequila, el puro líquido quemó su garganta sintiendo el dulzón sabor dirigirse a sus entrañas—. ¿JiMin no ha llegado?.

—No—responde sentándose del lado contrario—. Estoy tan aburrida como tú, ven y vamos a bailar un rato.—alienta en un nuevo intento.

JungKook roda sus ojos, está de más decir que, su mejor amiga iba a insistirle hasta acceder.

—Bien, una sola pista y luego te vas a follar con tu hombre.

—Hecho.

Del otro lado, JiSoo dejó de moverse abruptamente cuando captó a Jeon de la mano de Park.

—Imbécil.—susurra indignada, ya en la barra, observaba al mayor sujetar a Roseanne de la cintura, riéndose de los pasos que daban y no concordaban en absoluto con el ritmo.

Le fastidió en el alma. Se supone que esa noche, JungKook sólo tendría ojos para su persona y nadie más. Volteándose, pide varios shots de vodka. Necesitaba despejarse, necesitaba volver a la acción y terminar su noche montando al sensual azabache hasta hacerla delirar del placer.

Cuando sintió que ya era suficiente, regresó a la pista y realizando una sonrisita perversa, agarró y besó a un tipo desconocido. Metió su lengua hasta el fondo de esa garganta sintiendo el miembro duro del contrario, gemía intencionadamente viendo de reojo a su presa. JungKook hervía en enojo, excitación y deseo pecaminoso. Quería profanar ese cuerpo con sus propias manos, llevarla a conocer el infierno mismo y no ascender nunca de tal cruel pero lujurioso destino. Roseanne se apartó de Jeon, encontrándose a JiMin entre la multitud. Formando puños, fue hasta dónde JiSoo y jaló sin pensar al imbécil que se encontraba manoseando a su hada pervertida.

—Hora de ir a casa.—ordena sosteniendo posesivamente sus caderas.

—¿Qué?—ríe divertida—. Creo tener edad suficiente para manejarme sola, no necesito ni de un niñero ni un treintañero aburrido como tú.

—Me necesitas... Y no precisamente para cuidarte, mocosa.—susurra sobre el lóbulo de su oreja, lamiendo ésta parte provocativamente.

Kim tuvo que reprimir un jadeo, demonios, creyó que jugar sucio era favorable para ella, se equivocó y mucho. JungKook siquiera dejó que respondiera, sus labios ya estaban profanando los suyos de una manera desesperada y completamente sucia. JiSoo tardó segundos en seguirle, rodeando su cuello, se unió a la unión de lenguas que sólo causaban aún más calentura en ellos. La menor podía sentir la erección en su estómago, Dios y todos los santos perdonen su pensamiento pero ahora mismo quería tener ese pedazo de carne entre sus piernas, abriendola de tal forma que entrara cada vez más profundo hasta perder el conocimiento de las veces que eyacule en ella.

ᴛᴀꜱᴛᴇ 3ᴅ [ᴋᴏᴏᴋꜱᴏᴏ]Where stories live. Discover now