Capítulo 22

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Jisoo povMi deseo de darle un puñetazo en la cara a Jungkook había aumentado enormemente después de la confesión de mi princesa

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Jisoo pov

Mi deseo de darle un puñetazo en la cara a Jungkook había aumentado enormemente después de la confesión de mi princesa. Sin embargo, no puedo ocultar que me siento aliviada. Es cierto que Rosé ha sido víctima de una relación violenta y tóxica, y ha tenido que sufrir cosas atroces y terribles; pero saber que Jungkook nunca ha podido tocarla íntimamente me tranquiliza mucho.

Me alivia que Rosé nunca haya experimentado totalmente un abuso sexual, a pesar de que ha habido varios intentos. Y ahora es mi tarea cuidar de ella, de su corazón y de su cuerpo, para hacerle olvidar el monstruo que tenía a su lado.

Tengo que agradecer a Jennie la próxima vez que la vea, si nunca hubiera llegado a tiempo ni siquiera me atrevo a imaginar lo que podría haber pasado...

Observo el rostro relajado y perfecto de la mujer que secuestró mi corazón hace años, y que hoy es todavía su única dueña. Con el dedo le levanto un mechón de pelo que accidentalmente le cubría parte de la frente, mientras su pecho se levanta y baja lentamente al ritmo de un sueño. Después de su confesión, fue muy difícil para ella recuperarse, probablemente las imágenes y los recuerdos del pasado volvieron a su mente, haciéndole revivir momentos que olvidaría muy agradablemente. Y luego, agotada por el viaje y por sus lágrimas, se quedó dormida en mis brazos.

No pude dormir, es tarde, pero no logro tomar sueño; todo lo que puedo hacer es admirar y contemplar la belleza de la mujer que duerme en mi pecho, como si tuviera miedo de que le pueda pasar algo, y sintiera la necesidad de velar por ella.

Mi dulce princesa, te prometo que siempre voy a protegerte, y nunca permitiré que alguien te haga daño. Daría mi vida por la tuya.

Cuanto más la miro, más me pregunto cómo se puede hacer daño a una mujer tan tierna. Rosé es un regalo de Dios, y no merece todo el dolor con el que ha tenido que vivir durante todos estos años. Si pudiera, me tomaría todo su dolor para verla sonreír todos los días y para liberarla del dolor, su pesada carga invisible.

Después de algunos minutos, me vienen a la mente las imágenes de lo que sucedió anoche, cuando de repente nos encontremos en la cama la una encima de la otra, y el recuerdo de su rostro asustado y dudoso se apoderan de mi cabeza.

Me asusté muchísimo.

Pensé que había hecho algo mal, y a pesar de que en realidad era ella la que empezó el beso, pensé que había hecho algo que ella no quería y que me había pasado demasiado, y me sentí terriblemente culpable.

Pero fue aún peor cuando me confesó por qué se alejó de mi cuerpo, y me sentí como un animal, por ser excesivamente grosera cuando me puse sobre su cuerpo. Me dejé llevar por la emoción, porque cuando se trata de Rosé me cuesta resistirme, y aunque he sido buena hasta ahora, empiezo a tener dificultades. Roseanne es como un imán que me atrae hacia sí misma, y yo no puedo evitarlo.

Pero debería haber pensado en ella, y debería haber sido más sensible hacia ella, debería haber sido al menos más delicada y debería haber pedido permiso.

Necesito una ducha fría, para liberar la mente de estos pensamientos torturadores y para bajar la calentura por lo que ocurrió antes.

Dios, soy tan patética.

Y teniendo cuidado de no despertar a Rosé que duerme como un angelito, me levanto de la cama y entro en el baño, para ducharme.

El agua que entra en contacto con mi cuerpo me permite finalmente relajarme, y toda la tensión acumulada en las últimas semanas me abandona por un momento. Cuando salgo de la ducha, me seco y busco mi ropa.

"¿Dónde diablos he puesto mi ropa?" susurro nerviosa conmigo misma.

"¡Oh, la olvidé en la habitación!"

Bueno, entonces no tengo otra solución.

Envuelvo la toalla alrededor de mi cuerpo y trato de hacer el menor ruido posible, y salgo del baño tratando de no despertar a Rosé.

Me ayudo con la linterna del teléfono para poder ver algo, caminando silenciosamente para no perturbar el sueño de mi princesa, y cuando finalmente encuentro mi ropa, empiezo a vestirme rápidamente, poniéndome la ropa interior y los pantalones del pijama.

Pero no encuentro mi camiseta, y me quedo desnuda de la cintura hacia arriba, cubierta sólo por mi sujetador negro que venda perfectamente mis pequeños pechos.

¿Y ahora dónde está mi camiseta?

Soy un desastre, probablemente debería empezar a ser más ordenada, especialmente en situaciones como esta. Y también empiezo a pensar que ducharse en medio de la noche no fue una buena idea.

Con la luz blanca de mi teléfono móvil, recorro cada rincón de la habitación, y finalmente me encuentro con mi camiseta en una silla. ¿Cómo terminó ahí? La agarro aliviada, pero probablemente esta no es mi noche de suerte.

"¡Ahí!"

Cuando cojo la camiseta, camino hacia la cama, pero sin ver nada tropiezo distraídamente en el pie de la silla, cayendo al suelo y provocando un ruido tan fuerte que despierta a Rosé de sobresalto.

Dios, soy un desastre de verdad...

"¡Jisoo! ¿Qué pasó, estás bien?"

"Ehm, sí, Rosé, estoy bien...me caí por accidente, no es nada"

Escucho ruidos provenientes desde su dirección, y luego todo lo que escucho son pasos delicados que me hacen entender que Rosé se ha levantado.

"No quería despertarte, Rosie, lo siento mucho..."

De repente, me siento cegada cuando la castañita enciende la luz, y me cuesta acostumbrarme a este nuevo brillo. Cuando por fin puedo acostumbrarme, mis ojos se detienen en Rosé, que está de pie delante de mí con la mirada fija en mi cuerpo.

Sus ojos se detienen sin ningún tipo de vergüenza en mi sujetador, y de repente me siento avergonzada por la situación en la que me encuentro. Rosé se muerde el labio y me sorprende su descaro al no ocultar su mirada.

Sin embargo, sus ojos bajan más, y de repente cambian de expresión. La lujuria que hace un momento dominaba en su mirada se sustituye por una expresión dulce y preocupada, que me confunde mucho.

"¿Qué pasa?"

Ella permanece en silencio, no desvía la mirada y no se mueve ni un centímetro. Instintivamente, bajo la mirada para entender qué ha captado tanto su total interés, y no tardó mucho en entender la razón. La vergüenza y la nueva sensación de emoción que había recorrido mi cuerpo, me había hecho olvidar por completo que mi barriga estaba expuesta, mostrando claramente mi cicatriz.

Sé perfectamente que ella quiere saber cómo me hice esta herida, porque la forma en que la mira esconde una pregunta silenciosa que se deja en suspenso. Hace ya unas semanas me había encontrado en esta situación, cuando en el sofá de mi apartamento su mano había tocado accidentalmente la parte inferior de mi vientre. Y a pesar de que me moví rápidamente para evitar que ella se diera cuenta, sabía que inevitablemente ella lo había entendido, pero afortunadamente no había hecho preguntas.

Pero ahora tiene la oportunidad de mirarla con sus propios ojos, notando la magnitud y la gravedad de esta cicatriz, que me causa un nudo en la garganta cada vez.

"¿Qué te ha pasado?"

Su pregunta me golpea como un cubo de agua fría, y me siento de espaldas a la pared, obligada a darle explicaciones. Esta cicatriz esconde mucho más de lo que parece, no es sólo una herida superficial, sino que es una herida que llevo en el corazón. Nunca quise abordar este discurso con Rosé, pero no puedo evitar el tema.

"Fue un accidente"

Intento ser breve y concisa, esperando que entienda que no voy a decir nada más. He intentado ocultar mi cicatriz lo mejor posible, porque los recuerdos que provoca están lejos de ser agradables.

"¿Cómo te la hiciste?"

Era obvio que no se conformaría con esa respuesta.

"Estoy expuesta a este tipo de riesgo por el trabajo que hago"

"Pero parece una herida muy grave..."

"Lo era, pero ahora estoy bien"

"¿No quieres contarme cómo te la hiciste?"

"No me gusta hablar de mi cicatriz, me recuerda algo que sinceramente me gustaría olvidar. Cometí un error y lo pagué caro"

Si sólo tu supieras, Rosé...

Me gustaría que esta cicatriz desapareciera de mi cuerpo, porque cada vez que me miro al espejo y la veo, todo me vuelve a la mente.

Me vuelve a la mente el dolor que le he causado por mi irresponsabilidad.

"Por eso la escondes, ¿por qué te avergüenzas?"

"No es realmente así, no me avergüenza, pero es una tortura"

Ella camina hacia mi sin dejar de mirar mi cicatriz. ¿Así mucho le gusta? Si supiera cómo lo conseguí, probablemente cambiaría de opinión ...

"No parecía tan grande cuando la toqué la última vez"

Rosé extiende una mano para tocarla, pero antes de que pueda hacerlo agarro su mano y la miro molesta.

"No, Roseanne, por favor..."

Me alejo de ella y me pongo la camiseta para volver a ocultar la cicatriz, bajo la mirada confusa de Rosé.

"Lo siento, Jisoo, no quería..."

"No me gusta que me toquen la cicatriz"

Mi voz es dura y tal vez he sido demasiado fría con ella, porque su mirada está herida y parece arrepentida, pero cuando se trata de mi cicatriz siempre me pongo de mal humor.

"Yo no..."

"Perdóname, pero tengo sueño, Roseanne, quiero dormir"

Me siento tan culpable por la forma en que me estoy comportando con mi princesa, pero definitivamente es mejor ir a dormir y terminar esta conversación, antes de que pueda decir algo que no quiero y herirla aún más por mi mal humor.

Me acuesto en la cama y después de unos segundos ella hace lo mismo. Siento su mirada sobre mí y sé que ella quiere decir algo, pero no se atreve.

Me pongo de lado dándole la espalda, y por primera vez siento que la distancia entre nosotras es incalmable. Nunca hemos dormido tan lejanas, pero en este momento no tengo la cabeza para abrazarla.

Y me duele mucho, pero lo mucho que me duelen esos recuerdos no me deja tranquila, y el sentimiento de culpa me desgasta.

"¿No vas a abrazarme?"

"Buenas noches, Roseanne"

"¿Roseanne?"

Yo ignoro sus palabras y cierro los ojos, pero es imposible dormirme con esa angustia que siento en el pecho.

"No puedes tratarme tan mal simplemente para preocuparme por tu salud, no creo que haya hecho algo tan grave que me merezca esto"

Ella suspira fuertemente cuando no escucha mi respuesta.

"¡Jisoo! ¡No me ignores!"

Una lágrima silenciosa baja por mi mejilla, escuchando su voz rota y su desesperación.

"Rosé, perdón, pero es mejor que hablemos mañana, ahora no me siento muy bien..."

Ella se acuesta a mi lado y se acerca a mi cuerpo, dejando un casto beso en mi nuca. Después de unos segundos, sus brazos me aprietan fuerte y por primera vez es ella la que me abraza en la cama.

"Lo siento mucho, cariño, no quería ponerte de mal humor, es qué me intriga tu herida y quería saber lo que habías pasado, pero si no quieres contarme está bien, lo entiendo y te respeto"

"Todavía no estoy preparada ahora, pero te lo contaré. Ahora es mejor dormir, mañana tengo una sorpresa para ti"

"Ay, ¡Jisoo! Sabes que no me gustan las sorpresas, ¡ahora quiero saber!"

"No sería una sorpresa si te lo dijera"

"Pero..."

Me doy la vuelta hacia ella y la callo con un beso, que ella acepta sin protestar.

"Buenas noches, mi preciosa"

"Está bien...buenas noches, cariño"

Y nos dormimos abrazadas, después de haber recordado momentos desagradables y dolorosos del pasado. Pero ya no importa, porqué al final nos encontramos juntas y abrazadas.

Y eso es lo que importa, porque mi presente vale más que mi pasado.

Mi persona mágica / ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora