4. Lunes azules y martes grises

193 18 7
                                    

🐇𓍢ִ໋🌷͙֒🪐

Había pasado una semana y media desde la fiesta y Jeno pensó que estaba teniendo un buen progreso con Jaemin.

No era un experto en el romance, de hecho tenía experiencia cero, la única vez que salió con alguien solo fue casual, aún así creía que Jaemin era alguien bastante lindo y amable.

A pesar de que en la fiesta él no tomó nada de alcohol y solo se sentaron  juntos en el jardín, hablaron de todos sus intereses en común y nunca hizo alguna mueca de aburrimiento, siempre atento a lo que tuviera que decir. Se sentía un poco mal por obligarlo a estar con él en lugar de convivir con los demás y conocer gente nueva, pero Jaemin le aseguró que de todas formas solo había ido a la fiesta por él.

Uno de los descubrimientos que tuvieron en sus conversaciones fue que compartían hobbies. El primero era que ambos disfrutaban del ciclismo, y el segundo, que eran grandes aficionados de los videojuegos. Por eso el fin de semana salieron juntos con sus bicicletas, yendo al río Han. Fue una cita muy agradable, disfrutaron del buen clima y de los paisajes hermosos, luego se detuvieron en una tienda de conveniencia para comer algo y hablaron por lo que parecieron horas. Definitivamente estaban avanzando.

El siguiente viernes Jaemin lo invitó a su dormitorio para una noche de películas que al parecer era tradición entre su grupo de amigos. Se sentía nervioso, la última vez que estuvo con ellos fue extraño, podría decirse incluso incómodo. Shotaro sólo le sonreía de vez en cuando y aunque Jaemin, Chenle y Renjun trataban de incluirlo en sus conversaciones, no podía evitar sentirse juzgado.

Tal vez era solo su mente y su inconsciente sabiendo que lo que hizo en el pasado estuvo mal, sin embargo, no podría estarse imaginando las miradas irritadas que a veces Renjun le daba, como si su presencia no fuera bienvenida.

Cuando llegó al dormitorio le pareció un poco extraño que Jaemin fuera el único, ya que sabía que él y Renjun eran compañeros.

—¿Puedes ayudarme a hacer las palomitas y ponerlas en el bowl que está en la mesa?— Jaemin le entregó cuatro sobres de palomitas para microondas y salió de la cocina para traer almohadas y cobijas en la pequeña sala.

Se entretuvo esperando a que cada paquete estuviera listo, poniéndolo en el recipiente cuando el timbre sonó. Jaemin había terminado de colocar una colchoneta en el suelo con varias cobijas y almohadas que estaban recargadas en los sillones. La pequeña mesa de centro fue movida hacia un lado para dejar la vista de la televisión libre.

Jaemin fue rápido a abrir, revelando a Chenle y Shotaro que venían en unas pijamas de pareja color azul marino y con estampados de osos de peluche. Shotaro traía en la mano una caja de latas de refrescos y Chenle llevaba en sus brazos dos bolsas grandes de papas fritas y dos de gomitas.

Ambos saludaron a Jaemin y luego le sonrieron a Jeno.

—Hola Jen, ¿Te puedo decir así? —Chenle tenía una sonrisa linda que hacía que sus ojos se vieran más pequeños. El pelinegro no pudo hacer nada más que asentir con felicidad, por lo menos Chenle estaba tratando de ser agradable.

Ambos se colocaron rápido entre los sillones, poniendo todo lo que trajeron en la colchoneta.

Chenle miró a su alrededor, notando la falta de presencia de su mejor amigo. —¿En dónde está Renjun?

Los chicos no lloran ☆ [noren]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu