Capítulo 4

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Me levanto con un fuerte dolor de cabeza a pesar de no haber tomado mucho anoche, miro a mi lado y veo que Dimitri ya se había levantado con antelación, bajo para la cocina donde me encuentro a la ama de llaves preparando algo para desayunar.

—¿Dimitri salió?—

—El señor me dijo que le comentara que el estará fuera por varios días, en su despacho el le ha dejado varios documentos el quería que los viera—Dice ella—Le prepararé el desayuno y se lo dejaré en el comedor o en la terraza donde usted prefiera—

—No hace falta desayunaré aquí—

—En ese caso subiré a recoger su dormitorio—

—Está ordenado ya antes de bajar lo había ordenado, no es necesario que me tratas como una discapacitada—

Ella solo sonríe sin decir absolutamente nada

—Porque no te sientas un poco conmigo y desayunas tú también, vivir aquí es abrumador y el tener que comer sola—

—Porque eso estaría mal—

—Ahora no hay nadie que te pueda decir eso, estamos tú y yo, a mi me parece bien que te sientes conmigo y poder hablar con alguien un poco, aunque sea solo por algunos momentos—

—Tal vez tu forma de ser el lo que haya dejado al señor tomar decisiones precipitadas y casarse con usted—Solo río ante sus palabras porque se perfectamente que esa no es la razón y que hay otras razones que algún día descubriré

—No es necesario que me llame usted, haces que me sienta vieja, llámame Elizabeth ¿Y tú eres?—

—Rosa—Dice ella sentándose a mi lado, era agradable tener alguien con el quien hablar aunque fuera por una vez en mi vida, anteriormente papá no me dejaba hablar con nadie ni mucho menos que sus empleados me dirigieran la palabra.

Después de desayunar voy a su despacho me siento en la silla delante del escritorio viendo que hay varios documentos e información sobre varias universidades, decido echarles un vistazo absolutamente todas hasta escoger una y tener claro cuál sería la carrera que iría a estudiar.

Al abrir una cajita que estaba encima del escritorio encuentro una nota:

Este es mi número, en cuanto lo veas mándame un mensaje siento haberme ido sin avisar, por cierto en tu dormitorio en la mesa de noche hay una tarjeta de crédito por si necesitas cualquier cosa, cuando vayas a salir vete con algunos de los guardias.

No puedo evitar sonreír al leer la nota, la tiro y enciendo el teléfono para mandarle un mensaje.

Abro los cajones por curiosidad en uno de ellos me encuentro algunas fotos de él con la chica que estuvo en la casa de sus padres la noche anterior, también había una cajita con un anillo de compromiso, el tenía pensado pedirle matrimonio, se veían muy felices en las fotos incluso diría muy enamorados ¿Qué fue lo que los llevó a terminar la relación? ¿y porque se casó tan rápido Dimitri conmigo?

Le doy demasiadas vueltas a todo, realmente debería aprovechar la oportunidad es un hombre demasiado atractivo y me trata muy bien ¿Porqué desperdiciarlo?

Anteriormente había estado con hombres que ni siquiera me gustaban, ni me atraían contra mi voluntad, en cambio el no se aprovechaba de mi, tenía que seducirlo.

Me levanto mirándome al espejo que el tenía allí, me miro detenidamente, físicamente estaba muy bien, mi cabello largo debía de cortármelo y cambiarlo a un color más oscuro para que me diera más personalidad, debía de cuidarme e incluso hacerme las uñas.

Ese mismo día salgo para darme un cambio de look.

Por primera vez en mi vida me sentía libre de poder salir y ser yo misma.

Después de varias horas fuera llego a casa, no había salido sola, al entrar a casa veo que Rosa me mira sorprendida.

—¿Te gusta?—digo dándome la vuelta

—Estás muy preciosa, el color negro de tu cabello te ves diferente, también resalta tus ojos —

—Este es mi tono realmente—Digo sonriendo

Dimitri había pasado más de una semana fuera de casa, el me había dicho que llegaría esta noche y que no hiciera falta esperarlo, voy a dormirme poniéndome la lencería muy bonita, con unos sujetadores y tanga de encaje blancos, con un camisón, realmente deja muy poco a la imaginación de uno, a la noche escucho cuando el llega, escucho como abre la puerta de otro dormitorio, después de pensarlo varias veces decido ir a su dormitorio, al entrar veo que el está en el baño, dejo caer mi camisón para meterme con el la ducha, el se da la vuelta para mirarme detenidamente.

Se abalanzó sobre mi boca comenzamos a besarnos apasionadamente y con nuestras manos recorríamos nuestros cuerpos bajo el chorro de la regadera, entras me voy desasiendo de mi ropa interior.

Comencé a besarlo en el cuello y de ahí me fui bajando a sus pectorales mientras con mis manos recorría su espalda ancha y después sus nalgas.
Noté que cuando mi boca llegó a su ombligo, su miembro ya estaba totalmente erecto, no pude evitar sonreír.

Grande, ancho, con sus venitas saltadas y su cabeza muy gruesa, Simplemente era perfecto.
Me apliqué un poco de jabón en las manos y comencé a frotar dándole unos sensuales jalones.

Así seguí jalándole, durante unos cuatro minutos más mientras esporádicamente lo volteaba a ver a los ojos.

—Serás mi perdición—Dice el con la voz ronca

Me puse en cuclillas ante el y procedí a darle una deliciosa mamada a ese miembro que estaba ya más duro que una piedra. Coloqué mi boca sobre la cabeza de su miembro y delicadamente comencé a mamarlo mientras con mi lengua le masajeaba el glande. Eso lo volvió loco de placer y comenzó a soltar unos cuantos gemidos.

—Me encantas, estás espectacular—

Yo seguía, se la mamé con unos movimientos delicados mientras con mis manos le masajeaba sus huevos y sus nalgas, iba aumentando la velocidad, a él le encantaba, el puso sus manos sobre mis hombres para así ayudarme a levantarme.

—Si sigues así durará muy poco—Dice el dándome un beso

—Quiero que termines rápido para así volver a empezar—

Sonriéndole pícaramente me puse de pie y me arrinconó contra una de las paredes de la ducha. Apoyé mis manos sobre la pared y me quedé ahí parada de puntitas. Él se agachó poniéndose de cuclillas detrás de mí, y me abrió un poco las piernas. Con sus dos manos me separó las nalgas para dejar mis partes expuestos y a su disposición mientras el chorro de agua tibia de la regadera caía sobre mi espalda. Primero comenzó a lamer mi vagina, pero de una manera un poco brusca.
Recorrió todos mis labios vaginales en cuestión de segundos y después me metió esa deliciosa lengua adentro como si fuera una serpiente. Hacía todo esto mientras no cesaba de manosear y apretar mi trasero levantado. Era algo totalmente excitante.

lentamente me metió su dedo pulgar por mi ano y le daba una masajeada mientras con su lengua seguía devorando mi vagina.
Sus lengüetazos me tenían loca de placer y comencé a gemir en voz alta.

—Dimitri, ah, ah—

Así me siguió comiendo por algunos largos minutos más. Yo estaba totalmente excitada e involuntariamente comencé a tener contracciones. Estaba apunto de tener un orgasmo, seguía comiéndome, mientras con una de sus manos masajeaba mi clitoris hasta que no me pude contener más y me vine. Comencé a estremecerme y mis piernas me temblaban. Coloqué mis manos sobre su cabeza y comencé a jalarlo de los cabellos.

orgasmo tan delicioso había sentido,Tenía mucho tiempo de no haber experimentado uno así. Mis piernas me seguían temblando. Ya me costaba trabajo estar de pie, aunque realmente estaba planteándome mis anteriores relaciones sexuales nunca antes había tenido un orgasmo.

Está noche prometía muchos orgasmos más.

OS LEO ME GUSTARÍA SABER VUESTRAS OPINIONES Y QUE OS PARECE LA HISTORIA, al igual que crees que fue del pasado de Elizabeth

COMPRADAWhere stories live. Discover now