Capitulo 2

310 38 2
                                    

Después de cambiarme bajo, el estaba esperando en el salón.

—Toma—Dice dándome una carpeta con unos documentos, veo que está allí mi documentación, mi carnet de conducir y un contrato, veo que es un acuerdo de matrimonio, también en el que se me promete una ganancia económica en cuyo caso que nos divorciemos—Tu documentación es mejor que la lleves contigo, ese es el acuerdo matrimonial—Lo firmo sin pensarlo dos veces, aunque algo dentro de mi me grita que será un error

—Aquí están—El hace lo mismo firmándolos en todas las páginas

—Solo hay una cosa en una relación que nunca podré perdonar y es la traición—

—¿Que quieres decir exactamente con traición?—

—Voy a darte un voto de confianza, no pienso tenerte aquí encerrada ni mucho menos, podrás hacer una vida completamente normal, haciendo lo que quieras siempre y cuando no cruces los límites que te vaya a poner, solo pediré algo y es fidelidad, lo último que me gustaría saber es que mi mujer esté con otro, eso sería demasiado para mi reputación y en los medios de comunicación—

—¿Podré estudiar o trabajar?—mi padre nunca me había dejado terminar mi carrera, el decía que no valía la pena, siempre sentía un vacío enorme al pensar que a mis veinticuatro no tenía nada que me complementara.

—Por supuesto, trabajar podrás trabajar siempre que quieras, pero solo para mi, para ninguna otra empresa externa que no sea a la mía—

—¿Porque me estás tratando tan bien? Eres tan educado que incluso se hace demasiado raro, no espero de ti compasión ni mucho menos, pero me tratas diferente a todas las otras personas que conocí con antelación—

—Quiero hacer las cosas bien contigo aunque sea por una vez en la vida, quiero cumplir mi palabra—Dice el seriamente

—¿Cumplir con que? Nunca me has prometido nada, ni siquiera te había conocido antes, ni en mis sueños—Digo riendo

—A ti no, pero si a otra persona—

—¿Qué quieres decir?—

—Eso ahora mismo no es importante, sube a prepararte, hoy vamos a ir a casa de mis padres, ya que estamos casados ahora tiene que ser oficial—

—Me conoces de hace dos días, nos acabamos de casar y ya quieres presentarme a tus padres ¿No crees que vas demasiado rápido?—

—No me gusta perder el tiempo Elizabeth—Dice el acercándose a mi, pegando su cuerpo contra el mío, puedo sentir la tensión que hay entre ambos, como es posible que lo conozca a penas y mi menta ya está pensando en acostarme con el, parece un dios griego, mis hormonas están que se suben por las paredes, creo que me estoy volviendo loca.

Comienza a besarme, no me resisto todo lo contrario, el me levanta contra el pegándome contra la mesa, aprovecho para rodear su cintura con mis pies, justo cuando el baja a besarme el cuello, me echo para atrás, estaba más que lista para recibirlo pero no iba a caer tan fácil en sus manos, menos aún sin apenas conocerlo.

El solo me mira algo divertido.

—No te lo voy a poner tan fácil, si piensas que voy a caer tan fácil en tus garras, estás muy equivocado—digo mordiendo el lóbulo de su oreja, aunque si el hubiera seguido besándome solo por un minuto más hubiera caído completamente a sus pies.

—Cariño si hubiera solo seguido besándote o tocándote por solo unos minutos más hubieras acabado completamente a mi, estarías ahora mismo suplicándome—Dice el pasando su mano por mi cuello, seguía aún subida sobre el, intento bajarme pero el me lo impide apretando mi trasero contra el.

—Más vale que no juegues con fuego porque acabarás quemándote—

—me encanta jugar con fuego—

—Si es así te encantará mi infierno—

—¿Qué tienes una habitación como las de 50 sombras de grey?—le pregunto curiosa, el ríe, una risa que es cálida y agradable

—¿Con eso entiendo que te gusta el sado?—

—Digamos que soy algo masoquista—Le digo bajándome de él

—Entonces te encarará lo que tengo pensado para ti—Dice el pero siento que tiene un doble sentido que no me gustará para nada

—Siento que no me va a gustar, pero hay algo que me preocupa más de todo esto—

—¿El que?—

—Si sigues tratándome así de bien, tal vez me enamoré de ti a pesar de que seas un completo desconocido—

El sencillamente ignora mis palabras.

—En la noche pasaré por ti, ahora tengo algunos asuntos que ir atender, espero que estés lista porque odio esperar—

Dice saliendo de casa, subo para buscar que ponerme, con lo cual veo que lo mejor que podría ponerme es el vestido que tenga más provocativo.

Suelto mi cabello largo, le hago unos sencillas hondas, dejando que cubra mi espalda, me pongo un vestido de seda que apenas me cubre los muslos, con un escote muy elegante, justo a la hora que me había dicho estaba preparada.

—¿No pensarás ir así?—dice el tomando de una copa vino

—Pues si, incluso te gustará saber que ni siquiera llevo ropa interior—Le digo pasando por su lado, el me agarra del brazo suavemente pasándome una cajita, al abrirla veo que son dos anillos de matrimonio.



OS LEO, vuestros comentarios me motivan a seguir escribiendo e ir actualizando más rápido

COMPRADAWhere stories live. Discover now