Limerencia [Pedri & Gavi]

23.

Estaba tenso y bastante nervioso a decir verdad.

40 minutos fueron los que tuve que aguantar con un pequeño pinchazo en la zona del muslo mientras estábamos calentando para enfrentar al Celta, no se lo dije a nadie ya que pensé que se iría en un rato, pero solo empeoró y ya no tuve el valor de decirle algo a Xavi.

–. ¿Todo bien?– Preguntó Ferran, quien estaba en frente mío en la fila –. No has dicho nada en largo rato–

Despegue la vista del suelo y lo observé nervioso, negué con la cabeza intentando pasar desapercibido.

–. Sí, solo que estoy concentrado– Respondí firme.

Al entrar sentí la mirada de alguien un par de veces, era Gavi.

Parecía preocupado por mi estado, me conocía tan malditamente bien que lograba notar cosas que ni yo era capaz de percibir.

–. Pedri– Escuché detrás mía, me giré y vi a Pablo observandome atento –. ¿Qué te pasa?–

–. Nada ¿por?– Dije tratando de restarle la mayor importancia posible.

–. A mi no me engañas Pedro, a ti te pasa algo– Chasqueé la lengua y agaché un poco la cabeza.

–. No es nada importante, sino te lo hubiese dicho– Murmuré con una de mis manos cubriendo mi boca ya que las cámaras habían comenzado a acercarse.

No recibí respuesta, un empujón basto para que comenzara a caminar hacia el campo y mirara al frente tratando de mostrar la seguridad que me faltaba en ese momento.

Luego del saludo protocolar tuve que ir a mi posición, no forcé mi cuerpo más de lo necesario y fui trotando hasta mi lugar.

Un suspiro y mi mente distraída basto para que pudiera ignorar el pequeño tirón en mi muslo, era la misma lesión que tuve hace algunos meses y sabía que me perseguiría por largo rato ya que no le daba la importancia que merecía.

Maldije en voz baja al sentir pequeñas gotas de lluvia que fueron en aumento en cuestión de segundos, eso complicaba totalmente el partido ya que el campo estaba mojado y mucho más resbaloso, el balón no corría bien y se quedaba a la mitad del recorrido por mucha fuerza que le pongas al efectuar el pase.

Todo era una mierda resumidamente.

Al terminar el primer tiempo entramos temblando a los vestuarios, yo especialmente sentía que en cualquier momento no aguantaría más y tendría que pedir el cambio.

Me acerqué al utillero para pedirle otra térmica mientras tomaba la otra camiseta que estaba en mi lugar, sacándome lo mojado y dejándolo a un lado mientras me envolvía con la toalla y me sentaba para prestar atención a lo que estaba diciendo el mister.

Lo mismo de siempre, más presión, Pedri haz esto, Gavi haz aquello, Busi ponte aquí, bla, bla, bla.

Me despoje del calor que me estaba dando la toalla y me puse el cambio de ropa que había pedido, Pablo estaba a mi lado y me miraba ciertamente preocupado.

–. ¿Seguro que estás bien?– Murmuró mientras me miraba.

–. Si ¿por?– Apuntó mi rostro mientras se estrujaba un poco los pantalones.

–. Estás un poco pálido– Sonreí un poco e hice un ademán con la mano.

–. ¿Cómo quieres que este si está cayendo un diluvio allí afuera? me estaba congelando– Dije firmemente para convencerlo.

–. Bueno pero-... Está bien– Se acercó a mi y dejó el típico beso en la mejilla que le daba a todos.

Caminé de vuelta al túnel, no esperaba ver agua chorreando hasta por las escaleras y el campo con charcos grandes de agua.