Capítulo 37.

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-...¿Buscabas algo?-la sonrisa era incapaz de borrarse de sus labios.
-¡Dios, Harold!-exclamé cubriendo mi boca con ambas manos.
-El mismo que viste y calza-rió con esa grave voz que tanto lo distinguía.
Corrí a sus brazos inmediatamente. Era un hecho, Todo lo que necesitaba para alegrarme el día era un poco de cariño y una sincera sonrisa de parte de Harry. Escondí mi cabeza en su cuello, aspirando ese perfume que tenía su chaqueta el día de mi cumpleaños, y me rehusé a soltarlo por unos largos segundos. Su mano acariciaba mi espalda, mientras que la otra seguía sin soltar el tarrón de Nutella.
-¿Qué haces aquí? ¿Dónde están los chicos? ¿Qué ha pasado? ¡Dios, Styles, explícale algo!-exclamé en menos de tres segundos.
Mi voz estaba entre cortada y mis ojos se inundaban de alegría. Era perfecto. Al fin estaba con un amigo cerca.
-Los chicos...-hizo un gesto de estar pensando-. Me dijeron que no vendrían.
Por un momento me la creí, hasta que, como siempre, la escandalosa risa de mi novio se asomó por la puerta trasera de la cocina. Caminé hacia ella, y ahí vi a mis cuatro mejores amigos sentados en el suelo golpeando a Niall, mientras que éste sólo reía cubriendo sus hermosos labios con sus perfectas manos.
-No lo dañen-reí. Cuatro miradas se alzaron hacia mí, con una mezcla de impresión, felicidad y enojo hacia Niall.
-Muchas gracias, Horan-bufó Louis mientras se ponía de pie justo frente a mí y me tomaba por la cintura. Mis manos rodearon su cuello-. Y ahora, me quedaré con tu novia.
-¡Eso ni pensarlo!-el irlandés se paró de un salto, empujó a Louis y me abrazó con todas sus fuerzas. Nuevamente me encontraba frente al rubio. Nuestras miradas se cruzaron tímidamente, sus manos me atrajeron a su cuerpo y mis manos atrajeron su frente a rozar con la mía. Y en menos de dos segundos volvía a besar esos inigualables labios sabor a miel que tan loca me volvían. Era increíble que, con solo un poco de su respiración cerca de mí, mi mundo volviera a girar con total tranquilidad. Él era mi mundo.
-Te extrañé-sonreí frente a él.
-No más que yo-sonrió de vuelta.
Un silencio se centró en nosotros, y de inmediato comencé a sentirme nerviosa, cohibida y observada por ocho felices ojos.
-¡Si son tan hermosos!-exclamó Zayn ladeando la cabeza, para dramatizar la situación.
-¡Son el uno para el otro!-le siguió Harry.
-¡Mira cómo se aman!-prosiguió Liam.
-Ejem, cásense, ejem-Louis fingió toser.
-¡Louis!-reí-. Tengo diecisiete... no aún.
-Quizás en unos diez años más-Niall siguió mi risa, justo antes de rozar su nariz con la mía en repetidas ocasiones. 
Todos sonreíamos. Todo era perfecto. Estar con ellos lo era. Con cada una de sus sonrisas mi vida se alargaba un minuto. Con ellos a mi lado, yo sería inmortal.

Honey Kisses |horan|Where stories live. Discover now