Capítulo 21.

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Nuestros cuerpos empapados en sudor comenzaban a detenerse lentamente, pues el cansancio superaba cualquier sentimiento y pasión. Terminó por tenderse a un lado mío. Nuestras respiraciones estaban agitadas, y mi corazón estaba tan acelerado como mis hormonas. Cerré mis ojos, pensando en cada momento que había acabado de pasar, en el miedo que me comía antes de que todo sucediera, y en las ganas de no querer cesar por nada del mundo. Buscó mis ojos, y los encontró de inmediato, pues volteé mi cabeza, notando cómo su pecho se inflaba agitado y sus cabellos estaban revueltos y húmedos.
-______, te amo-susurró.
-Te amo, Niall.
-Gracias-suspiró.
-¿Por qué?
-Por hacerme el hombre más feliz del mundo cuando estoy a tu lado.
Atrapó mis labios fugazmente, seguido de alcanzar sus bóxers, los que se encontraban al borde de la cama, y se los puso. En un parpadeo ya se encontraba de pie caminando en dirección a la ventana. Se veía extremadamente sexy con esa negra prenda y con su despeinado cabello rubio. Logré notar que el día había llegado a su fin, y ahora eran las estrellas las que se encargaban de iluminar el hermoso cielo. Una vez que Niall caminó directo fuera de la habitación, tomé mi ropa interior y la volví a acomodar en mi cuerpo, pues no estaba acostumbrada a pasearme como si nada semi-desnuda. Arrastré mis pies hasta una esquina del cuarto, en donde toda mi ropa se encontraba tirada. Con una paciencia inexistente me puse los pantalones y la polera y peiné mi cabello con mis dedos. Los ojos me pesaban demasiado, así que decidí ir en busca de Niall para que podamos volver a dormir.
-¿Niall?-llamaba mientras bajaba las escaleras.
-¡No bajes!-rió mientras corría en dirección a las escaleras.
-¿Qué ocurre?-reí confundida.
-Tú sólo sube, ¿quieres?-guiñó un ojo-. Si quieres, acuéstate, que yo estoy ahí en unos minutos.
-Está bien...-murmuré aún sin tener idea de nada.
Le hice caso, así que me recosté por debajo de las frías y pesadas sábanas a esperar lo que el rubio se traía entre manos. Para ser sincera, estaba ansiosa por saber qué era.
-¿Estás lista?-exclamó desde el primer piso.
-¡Eso creo!-respondí en el mismo volumen.
Escuché cómo subía las escaleras, y eso me ponía más nerviosa, pues jamás me imaginé lo que podría ser. Y al segundo después, lo vi ahí, con guitarra en mano, y con la restante, encendió una suave lámpara que se encontraba en la mesita de noche. Y así, tal cual, en bóxers y con guitarra, se acomodó en el borde la cama y comenzó a deleitarme con esa voz que jamás imaginé que saldría de sus labios.
-Settle down with me. Cover me up, cuddle me in. Lie down with me and hold me in your arms...
Su voz era hermosa, y mucho más lo era la forma en que las pronunciaba y cómo salían de sus labios. Cada acorde, cada sonido, cada nota que salía de su propio ser era la perfección máxima. Sus grandes ojos observando cómo sin sonrisa se ampliaba mucho más. Sentí que desfallecería con su suave voz. ¿Cómo era posible que de un momento a otro Niall se volviera desde salvaje hasta un tierno pequeño de menos de 12 años? Era increíble. Lo contemplé los tres minutos o más que la canción duraba, y mis ojos ya se encontraban despidiendo lágrimas de alegría, de ver que lo que él sentía por mí, sí era de verdad.
-We're falling in love...-terminó ese verso en una inmensa sonrisa.
No dudé en lanzarme a sus brazos y dedicarle todos los besos del mundo, todos los que él se merecía y muchos más. Estaba completamente enamorada de Niall, y estaba segura de que él también lo estaba de mí.
-Bésame...-susurró a mis labios.
¿Y era capaz de pedirlo? No necesitaba pronunciar palabras para atrapar mis labios. Eran todos suyos, y de nadie más. Todo lo que hubo en el pasado no valió nada. Toda mi persona, mis labios, mis ojos, eran de él. Bastó un pequeño milímetro para rozar sus labios y morder levemente su inferior, como siempre lo deseaba. Como siempre quería que fuera.

Honey Kisses |horan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora