Capítulo 11: Mentira

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Sus ojos se contrajeron en gran medida a penas la grabación comenzó a transmitirse frente a él.

Eres un pendejo, ¿cómo se te ocurre ir a corretear al ratero? —exclamó con tono de reprimenda.

—Bueno yo... —Rascó su nuca intentando idearse alguna buena respuesta.

Se había aliviado de que solo era eso, la única prueba que tenían sobre el anterior Miguel, rodaba en el internet con el irónico nombre de "Hombre persigue a ladrón", supuso que alguna persona que caminaba también por allí, en lugar de ayudar prefirió grabar.

—No, nada de "Bueno yo" —suspiró—Pudiste haber salido herido, o peor.

La mirada de desaprobación de su hermano lo hizo estremecerse, no por algún tipo de miedo o algo similar, sino porque hace mucho, mucho tiempo que no la sentía encima, ya lo extrañaba.

—Lo lamento, no volverá a ocurrir Gabriel...

Las cejas encarnadas del mencionado se alzaron con asombro y ladeó la cabeza para la izquierda, no solía escuchar un "Lo lamento" de parte de Miguel, normalmente lo tomaría a chiste o quizás fingiría un enojo para no disculparse, no eran lo suficientemente maduros como para aceptar que uno de los dos tenía razón en algo, pero ahora fue diferente.

—¿Okey...?

Desvió la cabeza hacia otra parte y pensando en la respuesta tan rápida que le dio su hermano, trató de no sentirse incómodo por la situación, así que siguió hablando.

—Bueno, fue muy valiente de tu parte defender a esa mujer —mencionó con una ligera sonrisa.

—Supongo que sí... Uhm, después limpiaré la casa, vamos con Gabriella a ver sus regalos —habló dando la sugerencia.

—No es mala idea, vamos.

Ambos se pararon de los asientos plásticos en los que estaban y subieron las escaleras para toparse con la puerta de la habitación de Gabriella, la tenía semi-abierta y se escuchaba desde lejos su jolgorio infantil, adoraba abrir regalos.

—¡Genial, rodilleras! —suscitó entusiasmada.

El corazón de Miguel palpitó con fuerza dentro de su pecho y dudó en abrir la puerta, más bien tocarla, se quedó quieto frente a ella mirando como idiota la abertura de la misma, el menor de los dos torció una ceja cuestionando la actitud de su hermano, tanto así que le golpeó con dos dedos de la mano la frente para hacerlo reaccionar.

—Oye, ya pues entra, las damas primero —rio sutilmente.

No obtuvo respuesta a su pequeña broma, tomó bastante aire y logró dar varios pasos hacia adentro, recibió la cálida sonrisa de la pequeña niña. Ella estaba sentada sobre su cama y en posición de indio, las fundas y papeles de regalos estaban esparcidos por doquier.

—¡Papá, Tío Gabriel! —dijo alegre—¿Quieren verme abrir mis regalos? —miró los pocos que aún quedaban envueltos—Ehm... Los que quedan.

—No, vinimos a tomarlos y venderlos en el mercado negro —replicó el de gafas.

La contraria se rio y tapó su boca para evitar carcajearse, hizo un espacio a sus costados para que los dos hombres se pudieran acomodar.

—Vengan —Hizo un ademán en su espacio izquierdo y derecho.

Gabriel no tardó en ir a sentarse suavemente, Miguel nuevamente se quedó parado, pensando o tal vez estaba procesando aún las cosas, se mordió el labio queriendo liberar algo de su emoción y acató la orden.

—¿Qué te dieron, cariño? —dijo al fin pudieron hablar con ella.

—Me dieron rodilleras, guantes, sudaderas, cosas de deporte —sonrió hasta que no pudo más—¡Me encanta!

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⏰ Last updated: Dec 30, 2023 ⏰

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The Impostor [Miguel O'Hara / Spiderman 2099] [EN HIATUS]Where stories live. Discover now