Capítulo 89 (+18)

660 51 4
                                    

Capítulo ochenta y nueve (más dieciocho)

-Grace-

Aunque fuera mi mate sus manos sobre mi cuerpo solo me causaban repulsión, empezó a repartir caricias desde mis hombros hasta mi cintura, no sabía porque pero mi cuerpo respondía a su toque, culpaba a la supuesta conexión de mates

Sus manos volvieron a elevarse hasta rosar mis pezones, con la ñema de sus dedos hacia pequeños círculos alrededor de esa zona sensible, solloce porque sabía lo que me iba a hacer, no quería que las cosas fueran así

Tomo un trapo de no sé dónde y lo metió a mi boca intentando callar aquel llanto que salía de ella

Prosiguió con lo que estaba haciendo antes, mi vagina empezó a reaccionar con sus caricias, a pesar de todo me odiaba por ser tan sumisa, por lo visto lo noto y llevo su mano hasta mi brasier, de repente ya no tuve nada que tapara mis pechos, intento mover mis manos para cubrirme pero no pude, no sabía si era porque las cadenas pesaban mucho o era porque mi cuerpo ya estaba lo suficientemente débil

Una de sus manos tomo mi pezón y empezó a pellizcar con sus dedos el mismo, llevo su boca hacia mi pezón libre y comenzó a lamerlo, chuparlo y succionarlo, no quería, no quería que esto pasara, pero lo único que podía hacer era sollozar. Como pude me libre de lo que había metido en mi boca y le suplique

-Por favor Leandro no lo hagas _ solloce

Él se detuvo por unos segundos y me observo, pero no podía ver nada en su mirada, estaba neutro y eso me asustaba, de un momento a otro desgarro mi ropa interior dejándome completamente desnuda y a su merced

-Por favor _ volví a pedir mientras sentía las lágrimas caer por mis mejillas

Leandro volvió a ignorarme y llevo una de sus manos hasta mi vagina, acto seguido tomo mi clítoris entre sus dedos y lo apretó, solté un grito por el dolor causante ya que con una de sus uñas había hecho que este botada sangre ¿Cómo la sabia? Porque ese lugar era una zona sensible y sentía cualquier mínimo cambio en ella

Volvió a ignorar mi grito de dolor y masajeo mis pliegues, sentía lo mojada que estaba, pero por muy estúpido y raro que parezca no estaba excitada, por el simple hecho de que no quería esto, solo era un deseo carnal de mi cuerpo y me había desconectado de el desde que empezó a maltratarme

De un momento a otro Leandro se encontraba completamente desnudo y encima de mí, nuestras miradas se encontraron y pude observar una sonrisa ladina en sus labios

-Juguemos mi luna _ su pene roso la entrada de mi vagina y automáticamente me tense

Intente alejarme, pero no lo logre por obvias razones y no, no era que mi cuerpo no me quería responder, era por el hecho de que aparte de que estaba encadenada y sin fuerzas el ser que tenía encima de mí me había tomado de las caderas evitando que me moviera

Leandro coloco su mano libre enfrente de mi rostro, para ser más precisos en mi boca, gire rápidamente mi rostro en diferentes direcciones para evitar ser callada

-No hagas esto más difícil  _ por lo visto se había enojado

Sentía un fuerte dolor en mi entrepierna, esto solo significaba que me había golpeado

-¡Ah! _ grite en su sollozo que fue callado por su mano

Me movió bruscamente, ahora me encontraba con mi cabeza entre sus piernas

-Si no quieres que sea peor contigo, tendrás que lamerla y chuparla _ me quede desconcertada mirándolo, el me señalo con su dedo índice hasta su pene, negué con mi cabeza y luego hable

-No puedo, por favor no… _ y antes de poder continuar sentí otra cachetada

-No te estoy preguntando mi reina… _ se escuchaba el tono burlón en su voz _ ¡hazlo! _ rugió

No sabía porque lo hacía, tal vez era por miedo o simplemente quería pensar que con esto evitaría lo que estaba por pasar; Leandro tenía una sonrisa demasiado grande a mi parecer, se encontraba complacido, como un niño cuando le dan su regalo favorito

Poco a poco fui introduciendo la punta de su pene en mi boca y comencé a darle lamidas de arriba abajo, con una de sus manos en mi cabeza hizo que introdujera por completo su pene en mi cavidad bucal, me atragante por ello y sentí como venían a mi varias arcadas, intente alejarme de este para vomitar pero no me dejo, acerco su otra mano hasta mi cabeza y empezó a cogerse mi boca

Tuve que lamerlo y chuparlo, el soltaba gemidos cada vez más fuertes y roncos, de un momento a otro se encontraba en la posición anterior; sentí como tomo mis piernas y las abrió, intente alejarme pero no pude

-Leandro piensa las cosas bien por favor… _ intentaba hacerlo entrar en razón

Sin éxito alguno sentí como mi vagina se desgarraba porque había entrado de una sola estoqueada en mí, sin siquiera esperar unos segundos más empezó a embestirme salvajemente, sentía un gran dolor y ni hablar de mis gritos pidiendo ayuda y que por favor se detuviera, levante mis manos para intentar hacerle daño pero ni siquiera lo llegue a rosar

Deje de luchar y de gritar, ya no había mas nada que hacer; el me seguía penetrando con una fuerza y una velocidad inigualable, el gemía y yo sollozaba, mi mente se había desconectado de mí, ya no sentía nada ni siquiera dolor, a lo mejor ya estaba muerta. Pero descarte esa idea cuando sentí como un líquido caliente entraba en mí, me daba asco sentir esto, pero por lo menos por fin acabaría mi tortura o eso era lo que creía yo

Acto seguido fui colocada en cuatro, sentí como agarro mis nalgas y las empezó a abrir, la punta de su miembro rosaba con la entrada de mi ano, temblé y suplique pero no me hizo caso, sin esperar ni un segundo más sentí como entro de golpe, sentía como era desgarrada por segunda vez y como algo en mi interior se rompía, mi llanto era descomunal y si seguía así para el día de mañana ya no tendría ni fuerzas para hablar; sin esperar de nuevo empezó a embestirme, sentía un gran dolor y como mi ano punzaba, juraba que lo que sentía caer por mis piernas era la sangre de este, comencé a gemir de dolor ya que los gritos no querían salir de mi garganta, no tenía piedad; de repente volví a sentir como aquel liquido caliente me llenaba, se había venido dentro de mi otra vez, luego de eso salió lentamente y observe como se levantaba y se colocaba frente de mi

-Descansa luna mía _ pronuncio burlón mientras empezaba a colocarse la ropa

No respondí porque ya estaba lo sufrientemente débil y destruida; lentamente fui perdiendo la conciencia, estaba muy cansada, no sabía cuánto tiempo había estado aquí, no había ni comido desde aquel día en el cual Daniela se acuchillo; el dolor, el cansancio y el estrés acumulados hicieron que callera en la oscuridad

LUNAOnde as histórias ganham vida. Descobre agora