Su vida no era tan dulce y sus días sin sabor.
Pero un día un muchacho llegó a darle un toque de dulzura a sus tardes, ella era tan terca y tan amarga, el era tan confiado y tan dulce
No puede existir lo dulce sin lo amargo, ambos sabores se complem...
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Charlotte
Cuando ingresé a mi habitación sentí que algo faltaba, algo muy importante
—¡Noodle! —Baje las escaleras corriendo, pero no estaba allí, supuse lo más obvio así que subí escaleras arriba y camine hacia el armario
—Hola —Me sonrió cuando abrí la puerta, me cruce de brazos mirándole seriamente — Perdón, pero no quería que se quedara aquí como nosotros
—Noodle, está bien trataste de ayudarle, pero no te arriesgues a ti misma —Tome su mano sacándola del armario
—La señora Fregoso se enojará —Me advirtió cuando caminábamos a nuestra habitación
—Se enojará conmigo... Tu tranquila —Sobe su hombro para calmarle, sé que Noodle se preocupa por mi como yo por ella, pero soy la mayor, es mi responsabilidad cuidarla y eso implica no dejar que la encierren allí de nuevo
—¿Me cantas algo? —Me pregunto una vez que estaba acostada en su cama y yo doblaba unas ropas
—Sabes que yo no canto
—Si lo hacías, cuando yo era bebé, la señora Fregoso me lo contó
—¿También te dijo que cantaba horrible verdad? —Recorde que cuando cantaba para que Noodle durmiera la señora Fregoso me gritaba que me callara, así hasta que deje de cantar
—Si, pero yo no le creo, vamos, solo una canción
—Noodle, ya duerme —Me volteé y camine en dirección a su vela y la apague
—Al menos lo intente —Susurro para dormir por fin
Digamos que los tratos de la Señora Fregoso hicieron que varias cosas en mi cambiarán, como por ejemplo mi imaginación y mi sonrisa, me decía que era una tonta en pensar en sueños, metas o si quiera una esperanza en salir de aqui, decía que mi sonrisa era lo más horrible que había visto, gran parte de mi sabía que era una mentira, pero que me lo repitiera siempre me creaba cierta inseguridad. Claro que sí sonreía, toda persona sonrie, pero digamos que no era tan seguido como Noodle o Piper querían
Termine mi trabajo doblado ropa, camine al viejo escritorio que teníamos comenzando a ordenar los libros y cuadernos que Noodle usaba, no eran muchos, pero al menos tenía algo con que entrenarse y eso me bastaba. Me recosté luego de apagar todas las velas, simplemente cerré mis ojos y todo se volvió negro
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