NAVIDADES CHERIK

XIV. El pacto.

XIV.

Charles, desde el sillón individual de la sala, tomaba un descanso después de la fisioterapia y acariciaba la cabeza de su can. Habían sido dos meses difíciles para él, no estaba recuperado del todo y aun su pie seguía sin estar al máximo. Eso lo frustraba, porque era difícil caminar, ya que su pie arrastraba un poco al hacerlo aun cuando usaba la órtesis que le envío el especialista y también porque tenía que poner especial cuidado al avanzar porque no podía observar los obstáculos frente a él, y eso dificulta dos de las acciones que lo hacían sentir independiente. Ahora estaba trabajando desde la oficina improvisada en el departamento y había optado por pasar los días enteros en casa en compañía de su esposo y de Dogo.

El timbre sonó y Erik fue a abrir la puerta. Tenía una servilleta de cocina al hombro y las mangas de la camisa arremangadas hasta a los codos, Sharon sonrió al verlo,

-Buenas tardes, Erik,

-Sharon, Raven, pasen por favor. Charles está en la sala con Dogo. Tiene poco que llegamos de la fisioterapia y está descansando, - él cerró la puerta y ellas pasaron, -Pasen a la sala, yo estoy en la cocina y en un momento las atiendo, - ambas sonrieron al ver a Erik tan atareado con delantal atado a la cintura.

Sharon se anunció al llegar a la sala,

-Cariño, - Charles sonrió con los ojos cerrados,

-Mamá, ¿Qué te trae por aquí?,

-Vinimos a visitarte con tu hermana. ¿Queremos saber cómo te has sentido?, - ella llegó por detrás del sillón para besarle la coronilla, él sonrió más,

-Estoy bien, mamá, - Raven se acercó y le besó la mejilla,

-Tomen asiento, por favor. Ahora viene Erik, para ofrecerles algo de tomar, - Charles se incorporó un poco y su perro lo hizo por igual, le pasó la mano por la espalda, -No es nada, hermoso. Regresa a tu lugar, - el perro volvió a echarse a su costado, -Amor, - Erik salió de inmediato de la cocina y fue directo hacia él,

-¿Qué sucede, amor?,

-¿Podrías traer un té para mamá?, por favor. ¿Raven, algo de tomar?, - ella observó a su hermano y después a Erik,

-Una copa de tinto, por favor, - Erik le acarició levemente la mano,

-Para ti, amor,

-Lo mismo que Raven, - sonrió y Erik negó,

-¡Charlie!,

-Es broma, cariño. Solo un té, - sonrió de nuevo y estiró su mano, Erik la hizo encontrar con la suya. Sonrió y giró un poco el rostro para hablarle a su madre, -Erik tiene la paciencia de un santo, conmigo mamá. Y eso que no se lo he puesto fácil últimamente, pero gracias a su apoyo y amor, estoy mejorando, - ella suavizó su rostro y observó a Erik, como apretaba la mano de su hijo y lo observaba con total admiración, -Mi pie se siente mejor cada día, mamá. Y con decirte que este hombre no me deja ir a la cama sin hacer la terapia antes de dormir, - Erik le besó la sien, -El especialista asegura que deberé usar la órtesis por cuestión de seguridad y equilibrio, - dijo con poco ánimo y todos lo notaron, después suspiró, -Y yo simplemente no me quejó, mamá. ¿Cómo podría hacerlo? Si a diario estoy agradecido por tener al mejor esposo del mundo, al más comprensivo y cariñoso, - Erik sonrió y le besó la mano,

-Me alegra tanto verte mejor, hijo. Y sobre todo me siento tranquila porque sé que estás en las mejores manos, Erik es un gran hombre y un excelente esposo, - Erik sonrió a Sharon y le hizo un ligero gesto con la cara para darle a entender que agradecía sus cumplidos, -Erik, quisiera pedirte una disculpa por mi mala actitud hacia ti en un principio, pero solo quería estar seguro de que eras el hombre indicado para mi hijo,

-No debes disculparte, Sharon. Entiendo, sé que querías lo mejor para Charles, - ella sonrió,

-Y sé con certeza que lo ha encontrado, - Charles sonrió y Raven por igual.

Erik le ofreció a su suegra quedarse a cenar con ellos, después de que Raven se fuera. Sharon aceptó porque le gustaba estar cerca de su hijo y porque le encantaba el sentimiento de hogar que su hijo y Erik le daban a su departamento, en compañía de su bello labrador.

Continuará...