VIII. El pacto.

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VIII.


Ya estaban de vuelta en casa, Charles estaba igual que siempre, relajado, sonriendo y animado. Erik lo observaba y trataba de estar tranquilo, pero algo dentro de su pecho le hacía sentir que algo no estaba bien. Esa tarde, después de que le retirarán las suturas, Erik lo dejó en casa descansando y él fue a la casa de su cuñada. Necesitaba hablar con ella, sabía que era la única que podía tener respuesta a todas sus preguntas.

Raven lo recibió de modo amable y la plática inicial los llevó a hablar del percance en casa de su madre,

—Sí, mi madre me habló y me contó que Charles se resbaló en el baño, después yo me comuniqué con él y me dijo que no fue nada, - ella trataba de hacer un rostro conciliador, pero el de Erik era de genuina preocupación,

—Precisamente por eso estoy aquí, Raven. Charles no ha estado bien, tiene mareos constantes y él no ha querido decirme nada, estoy seguro de que habló algo con su doctor y ninguno de los dos me hizo partícipe, - ella lo observó fijamente y apretó los labios. Después lo invitó a pasar al desayunador para invitarle algo de tomar y hablar de forma tranquila,

—Toma asiento, por favor. ¿Te ofrezco algo de tomar?,

—Un café, por favor, - ella fue directo a la máquina de café espresso y solamente apretó un botón. Después se sentó frente a Erik y este tenía el rostro tenso,

—Charles te contó como perdió la vista, - Erik negó,

—No, Raven. Solo hablamos de que eso sucedió cuando tenía veintiocho años, - ella asintió,

—Él empezó a perder la vista de forma paulatina, pero no sé lo comentó a nadie y cuando lo hizo mis padres lo llevaron de inmediato con especialistas. Hasta que llegaron con el padre de Stephen Strange. Él es neurólogo y descubrió que Charles tenía un tumor en el cerebro, - la cara de Erik palideció, sus labios temblaron y sus ojos estaban vidriosos, ella lo notó y lo tomó de la mano, —No había forma de hacer una cirugía cerebral por la zona en la que estaba localizado el tumor, así que recurrieron a la radioterapia,

—¿El tumor era maligno?, - ella negó,

—Afortunadamente, no, Erik. Después de la radioterapia, el tumor disminuyó su tamaño, pero el daño que provocado en Charles, fue permanente, - él apretó su mano,

—¿Y los mareos?,

—Son un efecto secundario de la medición que toma para mantener el tumor a raya. Strange le aseguró que el tumor sigue del mismo tamaño y no ha ocasionado ningún otro síntoma,

—Entonces no debo preocuparme,

—Yo te diría que no, Erik. Que sigas del mismo modo con Charles, amándolo y cuidándolo sin agobiarlo. Él puede ser muy perspicaz y si nota algún cambio en tu comportamiento, puede hacer que ambos se distancien. Y por lo que puedo percibir, ustedes son el uno para el otro, - él sonrió y asintió,

—Segura que eso es todo, que no estás mintiéndome para qué me quedé tranquilo y dejé de indagar,

—Te lo aseguro, Erik, - él suspiró,

—Me gustaría quedarme a tomar contigo ese café, pero quiero volver a casa antes de que Charles despierte. Antes de llegar a casa pasaré por flores y algo dulce para qué nos sentamos a escuchar algo de música,

—Lo ves, Erik. Eres todo lo que mi hermano necesita, - él se puso de pie, abrazó a su cuñada y salió de su casa.

Erik observó el reloj, probablemente a su regreso Charles ya habría despertado y tendría que decirle que había salido a comprarle algo especial para pasar la tarde juntos. Su móvil sonó y no reconoció el número, pero aun así respondió,

NAVIDADES CHERIKWhere stories live. Discover now