𝗦𝗘𝗥𝗘𝗡𝗗𝗜𝗣𝗜𝗧𝗬 「𝐌𝐈𝐍 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐈 𝐗 𝐋𝐄𝐂𝐓𝐎𝐑𝐀」

capítulo uno.

⸺Los lobos cambiaformas eran conocidos como criaturas feroces y agresivos, fueron cazados y perseguidos, los híbridos como ellos que podían tomar su forma animal estaban casi extintos. Pero se dice que aun existen clanes de sangre pura, lobos cambiaformas, escondidos por las montañas viviendo en silencio. A diferencia de los demás híbridos de diferentes especies que poco a poco comenzaron a desaparecer gracias a los cazadores, personas comunes que nos concideraban fenómenos y "demonios" El bosque del sur esta lleno de misterios, dicen quienes entran a ese bosque jamás llegan a salir...Lo custodia uno de aquellos lobos sobrevivientes ¡Cuya boca os destrozara de un bocado! ⸺Exclamó la anciana levantándose de su asiento fingiendo tener garras, haciendo muecas aparentando una apariencia intimidante imitando la pose de un oso, asustando a los pequeños niños que anteriormente la escuchaban con atención para que luego comenzarán a correr por el lugar.

⸺¡Abuela! ¡No asustes a los niños! ⸺ Jia exclamó teniendo una expresión preocupada mientras se agachaba para consolar a uno de los pequeños que lloraban asustados, la albina soltó una risita divertida, mientras sus esponjosas orejas de conejito estaban hechadas para atrás.

⸺Nah, solo es un pequeño cuento, no deben ser tan llorones. ⸺respondió la anciana levantándose de su asiento apoyándose de su bastón teniendo una sonrisa divertida, miro por unos momentos a los pequeños niños híbridos que la miraban con los ojos llorosos.⸺ La sesión de cuento término, vayan a jugar.

Jia se levantó del suelo con cuidado dejando ir al pequeño niño de orejitas de gato que se fue con los otros niños riendo alegres corriendo por el prado, la albina sacudió un poco su vestido con rapidez quitándole algunos rastros de tierra para acercarse a su abuela para ayudarla a llevarla adentro de la casa.

⸺Esos cambiaformas existen Jia, aún existen estoy segura. ⸺Afirmó la abuela con una voz firme, mientras su nieta la llevaba a sentarla en su sofá.

Jia al escucharla solo sonrió negando con la cabeza y habló nuevamente. ⸺ Así también como existen tus pequeñas migrañas, te traeré tus hierbas favoritas. Abuela no puedes ir por ahí tan tranquila debes cuidarte. ⸺Jia dijo con preocupación mientras se acercaba a su estante sacando algunas hierbas medicinales qué cultiva su familia además de los frutos y las verduras.

⸺Aquellos lobos no eran malos, protegían antiguamente a los híbridos débiles como nosotros, pero llegaron aquellos cazadores que les hizo la vida imposible hasta obligarlos a dividirse y esconderse. ⸺con gran pesar la abuela narró.

La mujer mayor de cabello blacos mientras miraba por la ventana el cielo azul lleno de bellas nubes y los rayos brillantes de la luz del sol, sus orejas de conejo estaban hechadas para atrás, sus arrugas eran pronunciadas, teniendo una mirada cansada en sus ojos.

⸺Que terrible. ⸺Jia respondió mirando a su abuela con cierta intriga, las orejitas de conejo de la joven se agacharon triste al escuchar a su mayor, ya que se notaba la aflicción de su abuela, era seguro que había vivido en carne propia la persecución por sobrevivir de los cazadores.⸺ Abuelita, no te preocupes aunque no tenemos muchos híbridos fuertes en la aldea, estamos bien escondidos, ningún humano nos atrapara.

La anciana sonrió con cariño al escuchar a su nieta viendo como Jia le sonreía alegre transmitiendo tranquilidad mientras colocaba las hierbas en agua, su pequeña nieta apenas había cumplido diesiocho años hace unos días había cumplido diesiocho años.

⸺Abuelita, la lavanda te ayudará a relajarte, tu solo siéntate y ponte cómoda. ⸺Jia dijo con una voz dulce mientras colocaba un paño en la frente de su abuela, la mujer mayor hizo un sonido de asentimiento

Jia suspiro al verla cerrar los ojos, su abuela Suyeon ya era un híbrido conejo grande y débil cuyos días ya parecian contados, ella como se quedaba en casa se encargaba de cuidar los cultivos y a su abuela, a diferencia de sus hermanos que iban mucho más allá del prado a conseguir provisiones para los demás híbridos de la aldea, sus padres vendían las verduras y frutos que cultivaban.