El Mismo Cielo (Yoonmin)

¿Malas decisiones?

Se generó una pausa muy larga, y el pelinegro volvió a decir.—Tengo la sensación de que te conozco desde siempre—su voz levemente circulando por el aire. —¿Tu...no sientes lo mismo?

Viéndose tan confundido, Jimin apenas podía asimilar las primeras palabras de Suga. No sabía a qué se refería o de que estaba hablando exactamente. Más justo en ese momento creyó haber visto una especie de luz, como una pequeña esperanza, cruzando por el rostro del pelinegro. ¿Qué tan importante era responder a esa pregunta?—Yo...no creo.

Resultó que ser sincero había sido lo más terrible de lo que pudo haber hecho, porque Suga se alejó de él con un paso corto, con un semblante casi como si por dentro esa esperanza que había brillado en su rostro en un principio...se hubiera roto.

Jimin se sintió tan culpable que cuando notó que Suga pretendía marcharse con aquel rostro devastado, se alteró de sobremanera. Sujetó su brazo y lo volvió hacia él nuevamente. Pero no pudo acercarse ni tan solo un poco porque sus pequeñas manos fueron rechazadas de golpe.

Ambos se quedaron asombrados, mirándose el uno al otro, por la manera tan fría en que el pelinegro evitó su toque.

—No lo hagas—. Jimin escuchó su rechazo, y nada dolió más que su lejanía. Se quedo sin palabras.

—Perdón—nunca había estado en esa situación. Tampoco sabía que estaba pasando abstractamente con Suga y ciertamente después de sentir este nuevo sentimiento de ser rechazado. Jimin no quiso seguir estando más ahí. —Nos vemos mañana.

—Espera...—sintiéndose realmente mal, y dándose cuenta de que había hecho, Suga se apresuró a no dejar que se vaya el castaño. Lo sostuvo del brazo.

Jimin lo miró con una expresión triste. —Solo quería apoyarte ¿Está mal preocuparme por ti? ¿Es...es molesto para ti?—murmuró, con una ansiosa emoción encima que demostraba cuán vulnerable era su corazón frente a Suga.

—No...Yo... lo siento mucho—se disculpó Suga, viendo los frágiles ojos de Jimin que estaban a punto de descomponerse por su culpa.

Después de tantos años odiando y evitando que las personas se acercaran a él, finalmente sintió esa leve necesidad de querer abrazar a alguien, abrazar a esa persona cuyo corazón era tan lindo como para preocuparse todavía por él, con lo difícil que ya era su propia vida. Jimin aún esperaba por él.

Quiso estrecharlo, de verdad quiso ir por él, pero sus manos nunca pudieron alcanzar a Jimin. Y es que alguien ajeno apareció inesperadamente y se lo impidió.

Alguien sostuvo su brazo y de la nada un fuerte golpe llegó a su cara. El ataque fue notablemente impactante, tan violento que nadie pudo haberlo visto venir.

—¡Quítale las manos de encima!—gritó ferozmente el chico que había llegado de repente. Jimin entró en shock justo cuando vio esta escena. Y estaba más sorprendido cuando Jungkook se puso a su lado y se interpuso entre él y Suga.

Al ver a Suga en el suelo, el corazón de Jimin tuvo mucho miedo, su único impulso fue ir hacia él, pero JungKook pudo evitarlo, sostuvo su brazo y lo arrastró ágilmente hacía él. —¿Qué crees que haces?

Jimin nunca le había despreciado tanto con los ojos como en ese momento. Lo miró tan furioso y resentido.—No ¿Tú qué crees que estás haciendo? ¡¿Te has vuelto loco?! ¡Acabas de golpearlo sin ninguna razón!

—¡¿Sin ninguna razón?! ¡Vi que te estaba sujetando fuerte! ¡Parecía que estaba a punto de lastimarte!!

—¡Él no iba a lastimarme!

—¡¿Él te golpeó?!

—¡Por supuesto que no!

—¡Entonces qué demonios son esas heridas que traes en el rostro, Jimin!