Servil y elegante

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Servil y elegante

Dejando atrás la casa de Jimin, Suga dejó de andar cuando finalmente atravesó aquel largo callejón oscuro y llegó a la calle principal. Se detuvo al observar cómo un hombre adulto, alto y de rasgos extranjeros, bajaba de un auto negro y se acercaba hacia él. El hombre que bestia un elegante traje negro primero inclinó la cabeza y luego se irguió para mirar a Suga directamente a los ojos.

—Buenas noches, joven amo—saludó este, con extremado tono cortés.

—Esta vez, te has demorado, Jack—le dijo Suga, mirándolo.

—Lo siento mucho, no volverá a pasar.

—No hagas promesas que no vas a cumplir.

El hombre esbozó una ligera sonrisa—. Por supuesto que no—contestó, y luego se acercó al pelinegro para ofrecerle un abrigo grande sobre sus hombros. Con un movimiento, abrió la puerta trasera del auto para que Suga pudiera pasar.

Pero antes de entrar al auto, el pelinegro se permitió mirar hacia atrás por un momento, y después, se entretuvo acariciando la bufanda amarilla que yacía enrollada en su cuello.

—Si me permite, le queda muy bien la bufanda. Es...—analizó Jack, viendo la prenda amarilla que estaba algo mal hecha, pero que era genuinamente —...lindo.

Suga se dejó llevar por el momento. —¿Tú crees?

Jack asintió sinceramente, sutilmente con una sonrisa por la expresión de su joven amo. El pelinegro se dio cuenta de ello, por lo que carraspeó la garganta y volvió a ponerse serio.

—No es lo que estás pensando. Y quita esa sonrisa, Jack.

—Si—contestó el hombre obedientemente.

Suga entró al auto y Jack se colocó en el asiento del conductor.

— Dis-moi ce qu'il s'est passé —. Suga se expresó con fluido acento francés, mirando a Jack por el retrovisor.

—Pude seguirlos hasta el final sin ningún problema. Si quiere la ubicación donde se reúnen, puedo dárselo cuando quiera.

Suga se quedó en silencio por un instante, mirando a través de la ventana. Recordó cómo los hombres a los que Jack había ido a investigar eran los mismos que subieron al autobús el día de hoy y estuvieron en el mismo tren en el que fue Jimin la vez pasada.

Esa tarde, cuando estuvo a punto de irse a casa, logró distinguir los rostros de estos hombres, creyó haberlos visto en otro lado, fue entonces que se dio cuenta que eran los mismos con los que se topó la vez que había tomado el tren y lo habían provocado. Los tipos habían subido en el mismo autobús que Jimin, así que tuvo que subir él también, ordenando a Jack que fuera detrás de ellos una vez que él y el castaño bajaran del autobús, ya que como supuso correctamente estos hombres no se atrevieron a seguirlo una vez lo habían visto.

—¿Cuál es el reporte?

—En el incidente del tren, dos fueron detenidos y tres lograron escapar. Son los que al parecer siguen detrás del joven Park.

—¿Quiénes son?

— Usureros ilegales. Trabajan prestando dinero a personas con tasas de interés extremadamente altas. En este caso concreto, esta organización está relacionada con las apuestas.

—¿Apuestas? ¿Qué tiene que ver él en todo esto? —preguntó Suga frunciendo las cejas pensando en Jimin.

—Me temo quién está involucrado en todo esto es el señor Park HaeSoo, el padre del muchacho.

—¿Qué hay de su madre?—murmuró.

—Difunta, 1995, Chi mina, murió en parto.

"Mi padre nunca está, y mi madre, bueno... ella murió cuando yo nací" las palabras de Jimin volvieron a la mente de Suga. "es un poco complicado, pero puedo llegar a tiempo si es que madrugo muy temprano" "en realidad tengo tres trabajos, algunos días voy a una cafetería, en mis tiempos libres suelo ayudar a la señora Lee en su restaurante y en los fines de semana hago delivery con comida rápida"

—Averigua cuánto debe—habló Suga después de mucho tiempo en pausa, refiriéndose al padre de Jimin—y encuéntralo.

—Sí. Así lo haré.

Sin nada más que mencionar, Jack prendió el motor y arrancó el auto.

El Mismo Cielo (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora