1. Cálido y rojo

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El reflejo frente a él era un poco desconocido. Tenía el mismo cabello lacio con flequillo largo que cubría casi la mitad de sus ojos, anteojos cuadrados y su piel pálida, labios sin color. La única diferencia era el traje negro que se ajustaba a su cuerpo: el saco era corto, solo cubría su torso hasta la cintura, tenía dos pequeñas cadenas plateadas en los hombros y dos aberturas al frente, una de lado izquierdo y otra del lado derecho que revelaban parte de su camisa, además del pantalón que se ajustaba en su cintura y caderas, cayendo libremente  por sus piernas.

Fue la primera vez que se vió con algo tan diferente a la ropa holgada que usaba de forma habitual.

—Creo que ese es el indicado — su madre sonrió, luciendo satisfecha con la elección del traje. A su lado la señora Zhong asintió, halagando lo bien que se le veía.

Su madre lo había obligado a ir a comprar un traje a pesar de sus esfuerzos por negarse, era más fácil rentar uno que hacer que su madre gastara en algo que solo usaría unas horas. Sin embargo, no funcionó negarse, su madre dijo que era importante y no hubo fuerza que la hiciera cambiar de opinión.

Así que ahí estaba, con Chenle y su madre comprando los trajes que usarían para el baile de graduación. 

Chenle y él acordaron ir juntos, nadie los invitó los primeros meses, y aunque los hubieran invitado, preferían ir juntos que pasar una noche incómoda con alguien desconocido. Eran mejores amigos desde los seis años, casi como hermanos, hacían todo juntos y no se despegaban el uno del otro a menos que fuera necesario.

Renjun miró a su mejor amigo a través del espejo en busca de su aprobación. Chenle le dió una sonrisa genuina. —Te ves hermoso Junnie, debes llevarlo.

Aún estaba indeciso, se sentía como una persona diferente, pero le gustaba, tal vez ser algo diferente era justo lo que él necesitaba.

Con los trajes escogidos y solo una semana antes de terminar oficialmente sus estudios en la escuela secundaria, Renjun no tenía mucho que hacer excepto tratar de tener un poco de calma antes de entrar a la universidad.

El domingo estuvo acostado viendo todas las películas de romance adolescente que pudiera, lo suficiente para las siguientes vacaciones. Nada lo habría podido advertir del suceso más grande (probablemente) de su vida secundaria.

Chenle llenó su bandeja de mensajes para confirmarle que Osaki Shotaro lo invitó al baile. Shotaro, de quién había estado enamorado su mejor amigo el último año, y a quién también rechazó porque jamás dejaría a su mejor amigo solo.

La culpa lo inundó cuando supo eso. Solo quería que Chenle fuera feliz, él estaba feliz porque la persona que le gustaba lo había invitado y eso era algo bueno, no porque su vida romántica fuera un fracaso significaba que la de su mejor amigo también tendría que serlo. Intentó convencer a Chenle, pero al igual que su madre, era demasiado obstinado con sus decisiones.

El lunes desde la primera clase hasta la hora del descanso, Renjun intentó razonar con Chenle.

—De verdad, si no vas y le dices que aceptas ir con él, lo haré yo.

El menor hizo un puchero, dejando a un lado la bandeja de comida que aún tenía un poco de arroz. —Junnie, ya te dije que jamás te dejaría solo, tú eres más importante.

—No es como si fuera el único que va solo, ¿Sabes?— rodó los ojos, aunque por dentro tenía miedo de hacerlo. Prefería no ir que tener que enfrentarse a todas esas personas solo, no obstante, la felicidad de Chenle era primero y si debía pasar por eso para que él pudiera tener un momento de felicidad, lo haría.

Los chicos no lloran ☆ [noren]Where stories live. Discover now