Capítulo 3

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Despierta un nuevo día, la mañana resplandece y se despoja de la angustiante noche que pasó. El Vaivén del viento hace caer las hojas de los árboles y le da un parecido a la lluvia, además, su frescura cubre el entorno lo que apacigua el calor del sol, todo es visualmente relajante cosa que Raúl y Olivia ignoran.

Ellos continúan dormidos, la incertidumbre de la noche dificultó el descanso de Olivia y ni hablar el de Raúl, que solo una pregunta bastó para no volver a pensar en conciliar el sueño. Su noche fue pésima, pero antes de aparecer la luz del día, sin darse cuenta el sueño los atrapó.

Por esa razón no aprecian la mañana, hasta que de pronto alguien a la puerta comienza a dar voces con un llamado alarmante mientras golpea la puerta una y otra vez. Olivia se levanta con pesadez, intenta arreglar un poco su aspecto, pero la prisa de los llamados no le permite terminar de hacerlo, lava su rostro, toma uno de sus abrigos y de inmediato sale de su cuarto.

Yendo de camino reconoce la voz del que llama y se paraliza, reconoce quién es, y es muy probable que también Raúl porque la voz menciona su nombre. Ella desvía su camino hacia el cuarto donde él dormía y ve que ya no está, que ha escapado.

— ¿Quién es? —finge desconocer al acercarse cautelosamente hacia aquella voz.

— Olivia ya sé todo, ya sé que Raúl está contigo, vengo a buscarlo así que abre la puerta por favor.

— Hice una pregunta, no le abriré a alguien que no conozco.

—¿Acaso te volviste loca?, soy Caleb, abre la puerta vengo a buscar a mi hermano.

Olivia se acerca a su espejo para exagerar su aspecto desaliñado de recién levantada para luego ir hasta la entrada.

— Él no está —contesta ella luego de abrir por fin la puerta.

— Me encantaría averiguar si es cierto — responde él mientras que entra a la casa a la fuerza.

— ¿Cómo te atreves a entrar así a mi casa?, no tienes derecho, es más, voy a llamar a la Policía.

— No será a mí a quien encerrarán, eso es seguro porque yo no soy el que esconde a un fugitivo.

— Aquí no hay ningún fugitivo, así que te puedes ir.

— Lo haré después de revisar el lugar.

Entonces él inicia su búsqueda con mucha prisa, mira a su alrededor convencido de la presencia de Raúl y discute con él como si lo tuviera de frente. Ojea las habitaciones, pasa por aquella donde Raúl había estado, pero que ahora solo están las cajas y la cama, sube las escaleras para revisar las tres que quedan, pero lo lleva a lo mismo, habitaciones llenas de cajas selladas y muebles cubiertos de plástico.

— Ya fue suficiente, no está, ¿No lo entiendes?

— No he terminado, nada más queda ver en el jardín, estoy seguro de que lo voy a encontrar.

— Créeme no está —asegura ella al interceptarse en su camino.

— ¡Cinco minutos Olivia, solamente fueron cinco minutos y él ya había escapado!,  me dejé engañar, ahora toda esta sorpresa me enloquece y lo que empeora esto es que me haces perder más el tiempo, así que no detengas el paso.

— Sí, en eso sí tienes razón, él hizo lo mismo conmigo.

— No es momento para lamentar por lo que pasó, será mejor tratar de resolver los problemas del presente, ¿no lo piensas?

— No hablo de eso... Hablo de que Raúl estuvo aquí, pero ha escapado.

— Te has metido en graves problemas...

— Déjame explicarte, yo no tenía intenciones de esconderlo, nada más quise saber lo que pasó y lo retuve porque estaba muy herido y no iba a dejarlo así, pero ahora ya no está, así que por favor, si me dices lo que pasó ayudaré a buscarlo.

— ¿Para qué? ¿Para qué esta vez te vayas a otro planeta?

— Está vez no será igual, lo prometo.

Por un momento ella duda de haberlo convencido hasta que lo ve cambiar de expresión, su mirada cambia y el peso de la preocupación le es difícil contener.

— Todo se echó a perder, el fascinante rey ya no existe y no ha habido más que problemas, además, todo esto va a terminar en un exilio.

— ¿Y qué pasó con Jace? ¿En dónde está y que tiene que ver con Raúl?

 — Yo no tengo todas las respuestas... ¿Sabes?, creo que si él vino a ti es porque algo quiere que sepas y espero que cuando eso ocurra me llames, recuerda que lo prometiste.

Luego de esas palabras se da vuelta y se retira sin pronunciar alguna palabra ni siquiera un reproche, solo se va y deja a Olivia en un terrible misterio.

Por alguna razón siente que Caleb no se aleja de la verdad y recordar de cómo Raúl llegó a ella con tanto desespero confirma que Raúl la necesita.

Con ese pensamiento Olivia se apresura y lo busca en los lugares que Caleb había descartado, como lo es el jardín.

Buscar en el amplio jardín, entre las variedades de plantas no es tan sencillo como lo había pensado. Su mente en ocasiones jugaba con ella haciéndola ver a Raúl escondido entre los arbustos, pero solamente se trataba de una ilusión.

Le aterra pensar que probablemente Raúl no resista debido a la delicadeza de sus heridas, pero fueron ellas las que guiaron a Olivia hacia él con un sendero carmesí que salía de uno de los arbustos.

Le sorprende ver lo lejos que había llegado a pesar de lo mal que se encuentra, sin embargo, ahora está más decaído que antes; no puede más que solo ver la expresión de asombro que ella tiene al verlo, y cada una de sus palabras le es difícil comprender debido a un zumbido ensordecedor que tiene; él sin darse cuenta, cae en un sigiloso desmayo.

Historias Del AyerWhere stories live. Discover now